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Desafíos de Futuro


Tendencias Globales 2030
Tendencias Globales 2030

En TENDENCIAS GLOBALES 2030, analiza los cambios que se avecinan con seguridad para las próximas décadas.

En menos de dos décadas, el mundo habrá experimentado una profunda transformación y, aunque la Humanidad gozará de más bienestar que nunca, el futuro no es necesariamente pacífico ni exento de problemas, señala un amplio estudio patrocinado por el gobierno norteamericano.

En TENDENCIAS GLOBALES 2030, analiza los cambios que se avecinan con seguridad, como es el aumento de habitantes en el mundo, que pasará de los actuales 7.1 mil millones a 8.3, la nueva distribución del poder y riqueza, además de avances tecnológicos y, sobre estas coordenadas, trata de prever sus consecuencias y bosqueja cuatro escenarios posibles para el año 2030.

Prevé que las regiones del mundo tendrán un desarrollo muy diferente entre sí y el equilibrio entre ellas será otro del que conocemos hoy, pues la fuerza del mundo occidental, es decir, Europa, Estados Unidos y Canadá, va a retroceder para dejar paso a Asia, el futuro gigante económico, como lo fue hasta el siglo XVI. Esto no significa que la China seguirá necesariamente aumentando su influencia hasta convertirse en la nueva superpotencia que substituya a Estados Unidos, sino que para entonces es más probable un mundo multipolar sin ningún poder hegemónico.

No hay duda de que habrá cambios demográficos, no solo con más habitantes en el mundo, sino que la población h será más vieja que hoy. Este aumento traerá una mayor necesidad de recursos, especialmente alimentos, lo que exigirá más cantidad de agua, que puede ser insuficiente para los cultivos. Por otra parte, el envejecimiento de la población traerá también una escasez de mano de obra y su consecuencia más probable habrían de ser fuertes movimientos migratorios.

Si essos cambios son previsibles, una serie de variables que pueden impulsar al mundo en direcciones muy distintas, como el impacto de nuevas tecnologías, el ritmo de crecimiento de la productividad, el tipo de gobierno, o el acceso de grupos o individuos a armas de destrucción masiva.

En cualquier caso, no será un mundo homogéneo y las regiones se desarrollará según patrones diferentes. En el caso de Latinoamérica, por ejemplo, el estudio considera que gozará de más prosperidad, pero su mejora será frágil pues depende tanto de su política en cuanto a la explotación de materias primas, como de su capacidad para competir en los mercados internacionales y preparar a las nuevas generaciones para los avances tecnológicos.

Rusia se enfrenta a dificultades de otra índole, pues probablemente perderá cerca del 10% de su población, un porcentaje mucho mayor que otros países europeos cuyo índice de natalidad es igualmente bajo. Ello se debe a que la esperanza de vida rusa es 15 años más baja que la media europea. También cambiará su composición demográfica, pues los musulmanes que hoy forman el 14%, alcanzarán el 19%, lo cual puede agravar las tensiones sociales que ya existen por motivos étnicos.

En Europa y Estados Unidos, la baja natalidad será una característica común, pero el descenso de población será más perjudicial en Europa, pues su productividad, que ha de compensar la mano de obra, será probablemente menor que la norteamericana.

Económicamente, China habrá sobrepasado al resto del mundo en el tamaño de su economía, aunque su renta per cápita seguirá siendo mucho menor que la europea o norteamericana. En Estados Unidos, una gran ventaja es la capacidad de autoabastecerse de energía, que probablemente se habrá logrado para entonces gracias a nuevas tecnologías para extraer petróleo de pizarras bituminosas y gas de formaciones rocosas. Estas reservas existen en otros lugares pero en China, por ejemplo, su extracción es difícil por falta de agua y por las dificultades de trabajar en zonas con gran densidad de población.

A diferencia de lo que vemos hoy en día, los precios del petróleo no seguirán subiendo sino que incluso pueden reducirse tanto que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) podría desaparecer y reducir gravemente la fuente de ingresos de países que hoy obtienen grandes beneficios con la exportación de petróleo.

En contraste con la crisis global en la construcción, el estudio espera una auténtica explosión constructora, pues las ciudades crecerán y será necesario tener viviendas para millones de personas, hasta el punto de que la inversión en edificios de esta etapa puede superar a todo lo que la Humanidad ha construído a lo largo de la historia.

Los cuatro escenarios imaginados por el estudio son; Estancamiento, en que las potencias económicas de hoy se aíslan, la globalización se estanca, los beneficios de nuevas fuentes de energía no se materializan y el mundo se empobrece en general. Mas favorable es la hipótesis llamada Fusión, con un crecimiento generalizado que doblaría el producto económico del mundo gracias a la cooperación internacional, no solo en el terreno económico sino para evitar conflictos armados gracias a acciones concertadas de Europa, Estados Unidos y China. La hipótesis del Descontrol es la de un mundo de extremos, con grandes desigualdades sociales y tensiones internacionales, con países muy ricos y otros muy pobres y con gran riesgo de conflictos armados. Finalmente imaginan un Mundo sin Estados, en que los órganos estatales se ven sobrepasados por alianzas y organizaciones con un poder muy disminuido de los órganos estatales que compiten entre sí constantemente.

El estudio se remonta a la historia y muestra la aceleración del desarrollo que el mundo vive, en terrenos tan dispares como la medicina, el diseño industrial o la informática y señala que. por primera vez desde que existe la Humanidad, la mayoría de la población no vivirá en la pobreza.
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