El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo en un comunicado de la Secretaría de Estado que la administración de Donald Trump ha convertido en una prioridad buscar un trato justo y recíproco por parte de China y que durante más de cuatro décadas Beijing ha disfrutado de un acceso libre y abierto a la sociedad estadounidense, al mismo tiempo que niega ese mismo acceso a los estadounidenses y otros extranjeros al país asiático.
Además, apunta Pompeo, China se ha aprovechado de la apertura de Estados Unidos para emprender esfuerzos de propaganda a gran escala y bien financiados para influir en operaciones en este país.
El Departamento de Estado designó este jueves al Instituto Confucio en EEUU como una misión extranjera de China, reconociéndolo tal cual es: una entidad que promueve la propaganda global de Beijing y lleva a cabo una campaña de influencia maligna en los campus estudiantiles de Estados Unidos.
Los Institutos Confucio están financiados por la República Popular China y forman parte del aparato de propaganda e influencia global del Partido Comunista de ese país.
El objetivo de estas acciones es simple: garantizar que los educadores y administradores escolares estadounidenses puedan tomar decisiones informadas sobre si se debe permitir que estos programas respaldados por los comunistas chinos continúen y, de ser así, de qué manera.
Universidades de todo el país y del mundo están examinando el plan de estudios de los Institutos Confucio y el alcance de la influencia de Beijing en sus sistemas educativos. Estados Unidos quiere asegurarse de que los estudiantes en los campus estadounidenses tengan acceso al idioma chino y las ofertas culturales libres de la manipulación del Partido Comunista y sus representantes.
En la Florida, desde el 2018 las universidades y los colegios estaban cerrando las puertas de los institutos Confucio. La Universidad del Norte de la Florida (UNF) fue la segunda entidad educacional en terminar sus relaciones con el centro chino en febrero del 2019. Con anterioridad la Universidad del Oeste de Florida (UWF) había tomado similar decisión.
Desde el 2013, profesores universitarios (en especial de la Universidad de Chicago) calificaban de "virus" del gobierno chino para entrar en las universidades de todo el mundo.
El senador republicano Marco Rubio, desde el 2018 ha venido criticando la presencia de estos centros en las escuelas estadounidenses.
En el Miami Dade College (MDC), por varios años estuvo abierto el Instituto Confucio; siendo inaugurado bajo la administración de Eduardo Padrón. En el 2019, tras varias semanas de airada polémica, una nueva dirección del Miami Dade College, encabezada por el entonces presidente interino, Rolando Montoya, decidió suspender el contrato con el Instituto Chino.
El legislador floridano alabó la decisión del MDC y así lo expresó en su cuenta de Twitter: “Me alegra saber que MDCollege ha terminado su contrato con el Instituto Confucio. Gran trabajo de presidente [de la Junta de Fidecomiso] Bernie Navarro, los miembros [de la Junta] y el nuevo presidente interino”
Una encuesta realizada en agosto del 2019 por la agrupación Miami Young Republican (Jóvenes Republicanos de Miami) mostraba que el 63 por ciento de los 1,300 encuestados pedían el cierre de la entidad. Por meses se dedicaron a divulgar la realidad de ese centro y mostrar el estado de opinión entre los residentes del Condado Miami-Dade.
Actualmente, hay más de 60 de estos centros en universidades e
instituciones educativas de todo Estados Unidos. El primer Instituto Confucio fue fundado en Seúl (Corea del Sur) en 2004 y ha extendido estos centros de enseñanza del mandarín en 513 ciudades de 140 países, algo que ha venido acompañado de dudas sobre las intenciones políticas que tiene esta amplia red educativa.
Nacida como una versión china del Consejo Británico, la Alianza Francesa o el Instituto Cervantes español, la red Confucio es vista por algunos como una obligada presencia en la cultura mundial, dada la importancia del mandarín, pero también hay críticos que lo consideran un "caballo de troya" del régimen comunista chino.
La semana pasada Estados Unidos trasladó al ámbito político y militar su estrategia de presión hacia China, con sanciones a la líder hongkonesa, Carrie Lam, y avisos sobre movimientos navales chinos cerca de Taiwán. Poco después, Pekín anunciaba sanciones a once estadounidenses, entre ellos los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, por inmiscuirse en los asuntos de Hong Kong después de que Washington hubiese tomado medidas similares el pasado viernes contra otros tantos altos cargos de este territorio autónomo chino.
(Con información de la agencia EFE, el Departamento de Estado y las redes sociales)