Estados Unidos y Cuba sostienen este jueves la cuarta ronda de conversaciones posteriores al anuncio en diciembre del restablecimiento de sus relaciones, las que se enfocarán en superar los obstáculos y definir las medidas prácticas para la apertura de embajadas en sus respectivas capitales.
Ambas partes han reportado avances y un clima favorable a un entendimiento, que concretaría la decisión anunciada en diciembre por el presidente estadounidense Barack Obama y el gobernante cubano Raúl Castro.
Una vez restablecidas las relaciones diplomáticas, los dos adversarios de la Guerra Fría trabajarán en la tarea más complicada y prolongada de normalizar sus relaciones.
Para la reapertura de embajadas, Washington quiere garantías de que los diplomáticos estadounidenses tendrán libertad de movimiento; la eliminación de restricciones en la valija diplomática; y que se retire el cordón de policías que toman datos personales a los cubanos que asisten a la sede.
Estados Unidos ha respondido positivamente a los principales reclamos del Gobierno de Cuba para reanudar las relaciones: Su salida de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo y conseguir un banco que respalde las operaciones financieras de la futura embajada cubana en Washington D.C.
Lo primero se haría efectivo una vez que venza el período de revisión de 45 días del Congreso sobre la propuesta del Presidente. Lo segundo ya se ha solucionado, según fuentes diplomáticas. Medios informativos identificaron el miércoles al banco Stonegate de Florida como el nuevo fiador de la Sección de Intereses de Cuba, que ha estado buscando uno durante más de un año.
Ambos países tienen secciones de intereses en lugar de embajadas en sus respectivas capitales y, en la actualidad, los diplomáticos estadounidenses y cubanos no pueden viajar en general fuera de esas ciudades. No obstante, en los últimos tiempos el jefe de la misión de Cuba en Washington, José R. Cabañas, y otros diplomáticos cubanos han podido viajar de costa a costa para hablar del deshielo en las relaciones y las oportunidades de negocios en Cuba.
El diario oficial cubano Granma cita a una fuente diplomática que adelantó que Cuba va a insistir, en cuanto al movimiento de los diplomáticos, "en la observancia de los principios del derecho internacional refrendados en la Carta de las Naciones Unidas y en las obligaciones emanadas de las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Relaciones Consulares, añadió la fuente diplomática de la isla".
Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, aseguró el miércoles a miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado que Washington no aceptará la apertura de una embajada en La Habana sin que sus diplomáticos puedan viajar fuera de la capital.
Jacobson reconoció, no obstante, que la embajada de Estados Unidos probablemente operará bajo restricciones similares a las de otros países con gobiernos autoritarios, como China y Vietnam.
Uno de los temas más polémicos entre los antiguos adversarios de la Guerra Fría son los llamados programas prodemocracia de Washington para Cuba, que Castro alega son "ilegales" y violan los tratados internacionales sobre las misiones diplomáticas.
Una funcionaria de alto nivel del Departamento de Estado dijo a la prensa el lunes que esos programas, que incluyen cursos de capacitación, han estado cambiando y adecuándose a nuevas realidades como la reforma migratoria del Gobierno de Raúl Castro, tras la cual los cubanos han podido participar en cursos y eventos fuera de Cuba.
La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana ofrece a los cubanos cursos gratuitos de periodismo, inglés y tecnología de la información, así como videoconferencias, y también permite que usen internet sin restricciones en dos centros de recursos informativos ubicados en su sede frente al Malecón habanero.
Aunque los cursos son impartidos por especialistas y no por los diplomáticos, el Gobierno cubano los rechaza. En noviembre del 2012, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba acusó a la que llaman Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) en La Habana de "servir como cuartel general de la subversión política" contra Cuba mediante la creación de un movimiento de oposición, y de fomentar la inestabilidad.
La parte cubana ha señalado que cualquier anuncio formal sobre la reapertura de embajadas tendrá que esperar hasta después del período de 45 días que tiene el Congreso para revisar la eliminación de Cuba de la relación de Estados patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado. La Habana considera el 29 de mayo como la fecha en que concluye ese período.
La representante cubanoamericana a la Cámara Ileana Ros-Lehtinen ha anticipado que los congresistas que critican el acercamiento con el Gobierno de Cuba no bloquearán su retiro de esa lista negra.