Pese a la reanudación de relaciones diplomáticas y otros pasos del llamado "deshielo", que han abierto oportunidades limitadas en Cuba para compañías de Estados Unidos en los sectores de viajes, telecomunicaciones, turismo y finanzas, esas oportunidades no se ampliarán mientras el Congreso no levante el embargo, algo que no parece factible en los próximos dos o tres años, estima en la revista Forbes el experto en riesgos corporativos Daniel Sachs.
Sachs, consultor principal de la compañía global Control Risks (que ayuda a enfrentar riesgos políticos, de integridad y de seguridad) considera, no obstante, que las medidas del presidente Obama con relación a Cuba han infundido un impulso indetenible a la gradual eliminación de las restricciones norteamericanas. Este impulso, a más largo plazo, podría resultar, predice el autor, en la derogación de la Ley Helms-Burton, que condensó como una sola legislación en 1996 la mayoría de las sanciones al régimen castrista.
Más allá del embargo
Pero aun si el embargo desapareciera, el especialista advierte que "los inversores no deben dejar que su fascinación por las oportunidades en Cuba eclipsen los considerables obstáculos que probablemente persistirán mucho más allá del embargo".
Algunos de ellos:
♦ La infraestructura de Cuba es deficiente, incluso comparada con los estándares de sus vecinos del Caribe. Las carreteras están en un estado de abandono constante, y los apagones eléctricos son frecuentes.
♦ La infraestructura bancaria es extremadamente débil, con escasez de cajeros automáticos, en particular fuera de La Habana, mientras que la gran mayoría de las empresas locales no manejan tarjetas de crédito y débito estadounidenses.
♦ La corrupción en el sector público es rampante, un problema crítico, dado que la mayoría de las oportunidades de inversión están disponibles a través de empresas mixtas con entidades de propiedad estatal.
♦ La falta de independencia del sistema judicial representa otra alarma roja para los potenciales inversores.
En un entorno infestado de riesgos de corrupción, el caso de un ejecutivo canadiense y dos asociados que fueron condenados a largas penas de prisión por un tribunal cubano en 2014, acusados de prácticas corruptas (luego fueron liberados) pone de relieve el rosario de preocupaciones que deben afrontar los inversionistas, incluyendo los riesgos contractuales, la corrupción rampante y la interferencia del Estado.
♦ Los reclamos pendientes sobre propiedades estadounidenses o de cubano-estadounidenses confiscadas también entrañan preocupaciones significativas a largo plazo para los inversionistas en el campo de los derechos de propiedad.
Quienes buscan oportunidades en Cuba, ya sean las inmediatas generadas por la reciente flexibilización de las sanciones, u otras a largo plazo, deben planificar cuidadosamente su entrada en el mercado cubano, recomienda el experto, y señala que Cuba seguirá siendo un mercado de alto riesgo en el futuro previsible, por lo que el éxito de cualquier empresa exitosa requerirá de astutas medidas de mitigación de estos peligros.
Mapas de poder
Sachs señala que algunas multinacionales, desde los gigantes bancarios a las grandes empresas de agronegocios y alimentos de Estados Unidos, han organizado equipos de estrategia para Cuba, lo que incluye consultas con sus similares de Europa, Canadá y América Latina que han estado presentes por mucho tiempo en el mercado de la isla. También están viajando a Cuba en misiones comerciales para comprender mejor las oportunidades de inversión y cultivar relaciones.
En ese último sentido, el consultor recomienda comisionar a asesores con amplia experiencia de trabajo in situ la confección de mapas de poder de las empresas y dependencias del Gobierno cubano, a fin de tener un mejor conocimiento de las conexiones que tienen los individuos y su capacidad para influir en las propuestas de inversión.
Daniel Sachs concluye diciendo que cualquiera que aspire a invertir en Cuba debe comenzar por buscar la ayuda de quienes conocen bien las complejidades y dificultades del ambiente de negocios de la isla que, augura, seguirá siendo el mismo sin importar a qué ritmo se vayan desmantelando las restricciones de Estados Unidos.