El ejército de Sudán tomó control del país el lunes al disolver al gobierno de transición horas después de que tropas arrestaran al primer ministro. Miles de personas inundaron las calles para protestar por un golpe de Estado que amenaza el inestable progreso del país hacia la democracia.
Las fuerzas de seguridad dispararon contra algunos de los reunidos y tres manifestantes murieron, según el Comité Sudanés de Médicos, que agregó que 80 personas resultaron lesionadas.
La toma de poder sucede dos años después de que manifestantes forzaron la salida del autócrata Omar al-Bashir y sólo semanas antes de que el ejército debiera entregar a civiles el liderazgo del consejo que gobierna al país.
Después de los arrestos en la mañana del primer ministro Abdala Hamdok y otros funcionarios públicos, miles de personas protestaron en las calles de la capital, Jartum, y su ciudad hermana Omdurman. Bloquearon calles y prendieron fuego a neumáticos mientras las fuerzas de seguridad utilizaban gas lacrimógeno para dispersarlos.
La gente coreaba "El pueblo es más fuerte, más fuerte" y "¡La retirada no es una opción!" mientras el humo de los neumáticos en llamas cubría el aire. En videos compartidos en redes sociales se veían grandes grupos de personas cruzando puentes sobre el Nilo rumbo al centro de la capital, mientras que la embajada de Estados Unidos advertía que tropas bloqueaban partes de la ciudad.
La activista a favor de la democracia Dura Gambo dijo que fuerzas paramilitares persiguieron a manifestantes en algunos barrios de Jartum y que se escuchaban disparos esporádicos en muchas partes de la capital.
Registros de un hospital de Jartum obtenidos por The Associated Press indican que algunas personas fueron recibidas con heridas de bala.
En la tarde, el jefe del ejército, el general Abdel-Fatá Burhan, anunció en televisión nacional que disolvería el Consejo Soberano, el órgano de transición militar y civil formado para liderar al país desde la destitución de al-Bashir. El general dijo que las diferencias entre facciones políticas llevaron al ejército a intervenir.
Durante semanas, las tensiones fueron en aumento debido al ritmo y dirección de la transición a la democracia en Sudán, un país en África vinculado por el idioma y cultura al mundo árabe.
Burhan declaró un estado de emergencia y dijo que el ejército designará un gobierno tecnocrático para dirigir al país rumbo a las elecciones, programadas para julio de 2023. Pero dejó claro que el ejército permanecerá a cargo.
"Las Fuerzas Armadas continuarán realizando una transición democrática hasta que se entregue el liderazgo del país a un gobierno civil electo", indicó. Y agregó que se reescribiría la constitución del país y se formaría un órgano legislativo con la participación de los "hombres y mujeres jóvenes que hicieron esta revolución".
El Ministerio de Información, todavía leal al gobierno disuelto, dijo que el discurso fue un "anuncio de una toma de poder por un golpe militar".
Entretanto en Washington, la vocera de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre dijo que Estados Unidos estaba "profundamente alarmado por los reportes de una toma de poder militar" y pidió la liberación inmediata del primer ministro y los otros funcionarios.
"Las acciones de hoy se oponen enérgicamente al deseo del pueblo sudanés y a sus aspiraciones de paz, libertad y justicia", dijo Jean-Pierre.