Decenas de fotografías de políticos recuerdan al visitante que el Red Arrow Diner en Manchester, Nuevo Hampshire, no es un restaurante de barrio cualquiera. El pequeño establecimiento toma protagonismo cada ciclo electoral y se convierte en parada obligada de cada aspirante a presidente de EEUU.
El Red Arrow Diner ocupa apenas una pequeña esquina de Manchester, en Nuevo Hampshire. En este estado del noreste de Estados Unidos, que se enorgullece de iniciar las primarias presidenciales en el país cada ciclo electoral, el emblemático restaurante familiar cumple una función esencial: poner a prueba a cada precandidato con “preguntas duras” antes que el resto de la nación.
Pocos estadounidenses comunes y corrientes pueden decir que han desayunado junto a Barack Obama o Donald Trump, mientras conversan con ellos sobre sus plataformas políticas… excepto si eres un habitual del Red Arrow. En la barra de este centenario establecimiento pueden verse las placas que marcan las visitas de políticos prominentes y personalidades, quienes abarrotan el reducido espacio del diner cada cuatro años.
“El camino a la Casa Blanca en realidad pasa por esa puerta de allí”, aseguró con una nota de orgullo a la Voz de América la copropietaria del Red Arrow Amanda Wihby, al señalar el estrecho pasillo cubierto de fotografías que recibe al cliente apenas entra al local. Casi “todos los presidentes de la historia moderna (de EEUU) han venido aquí antes de serlo”.
Política minorista en el menú
Por más de 100 años el Red Arrow ha servido platos tradicionales estadounidenses, pancaques, huevo y tocino, con un extra de lo que en el país llaman “política minorista” o retail politics. En este estilo de hacer campaña, los políticos se codean con sus electores de manera cercana, mientras explican su plataforma y tratan de ganar votos en una experiencia que difícilmente podría repetirse sobre un escenario frente a cientos de personas.
Esta, junto a hamburguesas, malteadas y las populares hashbrowns de papa, es la especialidad del restaurante de barrio. “Como pueden ver, hay un espacio muy reducido aquí. Así que es un gran lugar para que la gente examine a los candidatos, algo que nos tomamos muy en serio aquí en Nuevo Hampshire. Lo hemos estado haciendo durante más de 100 años”, insistió Wihby.
“Los candidatos realmente vienen aquí porque pueden reunirse y saludar a toda su base de electores. Es un gran momento para que realmente ganen su voto, un gran momento para las personas que no están seguras, puedan ver a su candidato en el lugar donde pueden hacer preguntas y obtener las respuestas que están buscando”, explicó la directora de operaciones, que además maneja otras filiales en ciudades cercanas al interior del estado.
Nuevo Hampshire, que defiende orgulloso el privilegio - asentado en su constitución estatal- de organizar “la primaria inaugural de la nación” desde 1920, se toma muy en serio lo de marcar la tendencia sobre lo que será el resto de las votaciones para escoger al nominado de cada partido, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. El Red Arrow Diner no es diferente.
“Sentimos que estamos haciendo un trabajo por el país. No es algo sólo para Nuevo Hampshire. Es algo que nos tomamos muy en serio con la esperanza de poder difundir esas respuestas (de los candidatos) para que otras personas las compartan”, indicó Wihby.
Asiento en primera fila a la democracia
En el rico estado del noreste no fue bien recibida la decisión del presidente demócrata Joe Biden, candidato a la reelección este año, y el Comité Nacional Demócrata, de romper con la tradición y comenzar oficialmente las primarias de ese partido en Carolina del Sur, reflejo más cercano del EEUU diverso y real. El territorio desafió la decisión, y a pesar de enfrentar sanciones, celebró una votación donde Biden ganó en una campaña de inscripción manual de su nombre en las boletas.
Ante la pregunta de porqué Nuevo Hampshire considera tan importante retener este privilegio, desde el Red Arrow responden que nadie “presiona” a los candidatos como ellos. “Porque aquí forzamos a hacer política de base: tienes que hablar, tienes que salir y tienes que darnos la mano, tienes que hablar con nosotros, queremos hacerte las preguntas difíciles. Algo que no sucede en Carolina del Sur ni en los otros estados, donde hay multitudes más grandes”.
Para Wihby es importante resaltar lo singular de estas circunstancias. “Realmente esto no se consigue en ningún otro lugar”, destacó ante movimientos afirmativos de los clientes desde las banquetas cercanas.
“Aquí tenemos un asiento de primera fila a la democracia.Y creo que los empleados y el personal no lo damos por sentado. Lo disfrutamos. Nos empapamos cada cuatro años. Y es algo que espero que continúe. Estamos listos para el próximo”, dijo.
Presidentes, senadores, gobernadores… y Kevin Costner
Desde las paredes del Red Arrow en Manchester, reciben sonrientes al visitante decenas de políticos y nombres conocidos como Bill y Hillary Clinton, Barack Obama, Ron DeSantis, Chris Christie, Donald Trump y Nikki Haley.
En la barra se puede buscar la placa que marca el lugar donde se sentaron los políticos e incluso ordenar la Hamburguesa Trump Tower, uno de sus platos tradicionales rebautizados durante la visita del expresidente y ahora principal candidato republicano en estas presidenciales.
No solo son políticos en campaña los que se llegan hasta el Red Arrow Diner. Para los empleados, es normal ver al actor y comediante Adam Sandler, quien frecuenta la cafetería más allá de su importancia en la política local y cuya foto también cuelga junto a las de otras personalidades. Sandler creció en Manchester, y para él, como para otras cientos de miles de personas, el diner es una tradición local.
Durante un día normal, el ambiente en el diner - que sirve comida las 24 horas- es el habitual de cualquier establecimiento de barrio, sin embargo, todo cambia cada cuatro años. El Red Arrow se convierte en un punto de encuentro para la multitud, lleno de prensa y votantes ávidos de conocer y hablar con aspirantes a la Casa Blanca, tengan o no posibilidades reales.
“La gente se emociona mucho y la energía es alta. (...) Vienen de todas partes para poder reunirse y saludar a los candidatos. Estas primarias estaban sentados aquí expectantes: ¿quién viene? ¿Quién está viniendo?”, recordó Wihby, quien se “reserva sus preferencias políticas” para que cada visitante se sienta como en casa.
La copropietaria del Red Arrow recuerda con particular intensidad las primarias de 2016, donde no había un presidente buscando la reelección y los candidatos realmente se volcaron a la calle a dar a conocer sus plataformas y buscar votos.
“Fue loco. Tuvimos tantos candidatos que pasaron por aquí. Había gente parada en la barra y afuera en los autos. Fue realmente intenso y la gente tenía una energía que no puedo explicar”, aseguró.
Wihby sin embargo guarda un recuerdo muy especial de ese ciclo electoral y que la hace salir de la posición neutral de anfitriona: la visita de uno de sus actores favoritos y de toda una generación, Kevin Costner.
“Ese es mi recuerdo número uno, porque estaba durante las primarias y dijeron: Oh, Kevin Costner está en camino. Y dije: ¿eso es un código? porque realmente no pensé que fuera él. (...) Y sí, vino y pasó un par de horas aquí. Ese fue un momento increíble para todos nosotros”, asegura con una sonrisa que una imagen de Costner le regresa desde la pared.
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