Veintitrés días después de ocurrida, Fidel Castro calificó de “accidente” la horrenda masacre del Remolcador 13 de Marzo, el 13 de julio de 1994. Habían muerto 37 personas, de los cuales 10 eran niños, y en su discurso, el principal culpable justificaba también a los asesinos directos.