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Nueva tesis sobre el "paquete cubano" (I)


Los cubanos esperan con impaciencia el paquete clandestino de películas, series de TV, deportes, juegos y música, que se vende en 'pendrives' cada semana.
Los cubanos esperan con impaciencia el paquete clandestino de películas, series de TV, deportes, juegos y música, que se vende en 'pendrives' cada semana.

El paquete, ese mismo que parece hacerle la competencia a la TV nacional, es en realidad un engendro del gobierno cubano, desarrollado posiblemente en alguna de esas agencias misteriosas que crea el Ministerio del Interior.

Soy consumidor del "paquete cubano". En mi criterio, tiene contenidos valiosos en más de un sentido. No obstante, una serie de aspectos o premisas que caracterizan a este fenómeno me han llamado poderosamente la atención:

1. Gigantesco volumen de información es descargada cada semana, para lo cual se necesita más que unas pocas conexiones de banda ancha a Internet.

2. Es distribuido a nivel nacional.

3. Sofisticado nivel de ordenamiento de los audiovisuales, respondiendo a varias categorías y subcategorías, lo que supone una reflexión previa en el trabajo, y no simplemente colocar archivos en carpetas.

4. Mantenimiento exacto de la continuidad de capítulos en series, reality shows, novelas, etc.

5. Extremo cuidado con los subtítulos (cada semana aparecen los subtítulos correspondientes a semanas anteriores que tuvieron alguna dificultad o no estaban); lo cual supone un feed back muy efectivo y difícil de lograr en una sociedad casi sin conectividad digital.

6. Los mismos filmes aparecen las semanas subsiguientes en formatos de menor calidad: Alta definición (cercano a los 10 GB) > Alta Calidad > formato VCD, lo cual implica un considerable consumo de tiempo para las conversiones.

7. Cada filme aparece con su original imagen promocional.

8. Exceptuando novelas, películas y series, el resto de los audiovisuales (que son muchísimos) portan en su mayoría mensajes publicitarios nacionales durante o al final del video, lo cual implica un tiempo agregado de edición y conversión, para colocar esos contenidos y tener lista cada semana la salida de cada nuevo capítulo.

9. De las series y novelas salen los capítulos más recientes, pero también temporadas completas, para lo que se necesita una capacidad de almacenamiento considerable.

10. Las vastísimas recopilaciones de música nacional e internacional, así como lo actualizado de esos contenidos, también suponen un trabajo que difícilmente puedan hacer unas pocas personas, y revelan una profunda penetración en el mundo de las producciones discográficas tanto institucionales como alternativas.

11. Los instaladores de softwares, aplicaciones, y juegos en muchos casos también suponen una inusitada capacidad de búsqueda en Internet. Las actualizaciones de antivirus cada día son más difíciles de descargar sin caer en listas negras, pero las del paquete no sufren de ese peligro.

12. Presencia de audiovisuales de factura nacional, realizados en instituciones estatales, que difícilmente puedan encontrarse fuera de estas (Ejemplo: serie de aventuras "Los papaloteros").

Esos son solo algunos detalles que hacen levantar una ceja y preguntarse, en esta isla nuestra:

– ¿De dónde puede emerger una capacidad organizativa tan cronometrada y eficiente?

– ¿Quién o quiénes disponen de los recursos tecnológicos (capacidad de almacenamiento casi ilimitado, conexión a Internet Banda Ancha, etc.) y humanos para acometer este empeño?

– ¿Cómo puede sobrevivir tanto tiempo un negocio ilegal tan jugoso, que trafica con información (ya sabemos que la información es poder), si el Estado cubano ha cerrado hasta las salas de video 3D?

– Si la ayuda proviniera del extranjero, ¿cómo no ha sido ya interrumpida, como hicieron con las antenas parabólicas o con dispositivos que importaron personas como Alan Gross?

Mi tesis es simple: El paquete, ese mismo que parece hacerle la competencia a la TV nacional, es en realidad un engendro del Gobierno cubano, desarrollado posiblemente en alguna de esas agencias misteriosas que crea el Ministerio del Interior y que no aparecen en ninguna nómina pública.

Por supuesto, no me quedaré solo ahí: La explicación de esta tesis viene pronto en la segunda parte…

Este artículo de Isbel Díaz Torres fue publicado originalmente en el sitio Havana Times.

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