A menudo los inmigrantes cubanos en Estados Unidos son señalados por recibir un trato especial en este país, en detrimento de otras nacionalidades de la región. El acceso a un estatus legal y los beneficios que esto conlleva ha sido pasto de una polémica que ha ido desde el imaginario social al campo académico y político, incluso en las altas esferas que mueven los hilos en Washington.
A 64 años de impuesto el poder ―primero verde-olivo, bajo preceptos nacionalistas con Fidel Castro a la cabeza, y luego bajo la doctrina del Partido Comunista de Cuba― la falta de asideros económicos, la asfixia que va desde la iniciativa individual hasta la eliminación de la propiedad privada y la represión a cualquier acto u opinión discordante, han llevado ―entre otros muchos motivos― a que 1.757.300 de cubanos residan en la actualidad en Estados Unidos, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), publicados en 2021 y recogidos por Statista.
El embargo económico impuesto a la isla en 1960 por EEUU, a raíz de las expropiaciones de empresas y capital de estadounidenses en Cuba, con la consiguiente mella en la economía, también ha impulsado el éxodo cubano hacia tierras del norte.
Independientemente de las causas directas para esta significativa masa migratoria, la vecindad de la isla con la potencia económica más grande del mundo, ha resultado en no menos que una quimera (en la doble interpretación que se le suele dar a esta palabra) puesta a solo 90 millas de distancia.
Desde 1960 a la fecha los cubanos han huido a EEUU en diferentes oleadas migratorias, lo que ha llevado a la Casa Blanca a tomar medidas para regular este éxodo.
Indagación en “El privilegio cubano”
Incubadora solicitó este verano a 30 inmigrantes cubanos en Estados Unidos responder a seis preguntas que iban desde si consideraban haber recibido privilegios del gobierno estadounidense o si se habían sentido alguna vez discriminados en el país de acogida, hasta que calificaran al gobierno de La Habana en Totalitarismo, Democracia u otra cosa.
El 60% de los encuestados respondió afirmativamente el haber recibido “algún privilegio institucional o político al llegar a EEUU”, mientras el 30% dijo que no y el resto prefirió no responder.
“Pude recibir ayuda de agencias d gobierno EEUU para mí y mis hijos y me beneficié de obtención de la residencia después de un anno en Estado Unidos”, dijo un hombre [1] de 54 años de edad.
“Al llegar a EEUU mi familia y yo recibimos beneficios gubernamentales para familias de bajos ingresos como Medicaid, SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program), TANF (Temporary Assistance for Needy Families) y beneficios locales del Condado Harris, Houston, Texas”, aseguró una mujer de 49 años de edad.
Quizás la forma peyorativa en que se ha entendido la concesión de estos derechos como “privilegios” ha llevado a algunos encuestados a responder que no han recibido tales, cuando en realidad son beneficiarios de algún estatus migratorio aunque no de ayuda suplementaria económica, de alimentos u otra.
El 43% coincidió en pertenecer al exilio cubano mientras un 23% dijo que no. El término “exilio cubano”, “exilio de Miami”, a menudo es vinculado a los grupos de inmigrantes cubanos que ya establecidos en el país se han declarado pública y de manera frontal contra el gobierno cubano y que La Habana asocia a hechos violentos o pacíficos bajo el estigma de “contrarrevolucionarios” y la despectiva denominación “gusanos”, “apátridas”, “mafia anticubana” y otras.
El 100% de los consultados negó que en Cuba hubiera una democracia, en tanto el 18% lo calificó de una dictadura y el resto respondió de manera aleatoria entre totalitarismo y dictadura totalitaria.
En Cuba no hay elecciones libres desde 1948, pues en marzo de 1952 ―a pocos meses de los comicios que se realizarían en junio― Fulgencio Batista tomó el poder por la fuerza y lo mantuvo hasta 1959. Al llegar Fidel Castro, eliminó la existencia de partidos políticos quedándose sin rivales hasta la fecha en que tras ser sucedido por su hermano Raúl Castro, este traspasó el mando a Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En cuanto al estatus legal de permanencia en EEUU, el 23% reconoce ser refugiado y un 33% se acogió al asilo.
Un 6% de quienes respondieron a la pesquisa de Incubadora afirma haber sufrido algún tipo de discriminación. Los demás dijeron no haber registrado ningún incidente.
“En algunas ciudades de Texas donde he vivido he sentido discriminación por ser de raza negra, también por ser cubano. lo he sentido mas por parte de hispanos, mexicanos y de Guatemala q los por los mismos texanos que viven en Austin y Dallas donde vivi”, respondió un hombre de 49 años de edad.
Fueron encuestadas personas que llegaron a EEUU entre 1995 y el actual año 2023. El 56% de ellos son no profesionales y 26% laboran en instituciones académicas, servicios o están asociados a áreas de la cultura en general. Sus edades oscilan entre los 28 y los 61 años.
Cinco oleadas migratorias
Tras la llegada de Castro al poder en 1959 y luego de derrotar al también dictador Fulgencio Batista, los cubanos huyeron despavoridos a EEUU y otros lugares a donde pudieran asentarse.
Al menos cinco oleadas han sido marcadas desde 1959 a 2023.
La primera estuvo comprendida entre 1959 y 1962, y salieron unos 250.000 cubanos del país. La segunda se conoció como los »Vuelos de la Libertad» o “Éxodo de Camarioca”[2], en alusión al puerto en Matanzas ―al occidente del país― por donde salieron unas 300.000 personas entre 1965 y 1973. La tercera fue en 1980 y se conoce como “Éxodo del Mariel”, en la que 125.000 personas abandonaron la isla, la cuarta fue la “Crisis de los balseros”, en 1994, con la salida de 30.000 cubanos que en primera instancia fueron ubicados en Guántanamo y a posteriori en EEUU, y la quinta y última hasta el momento ―según datos de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP)―, es la que ha permitido que al menos 224.607 cubanos llegaran a EEUU principalmente por la frontera suroreste (con México).
Se estima que 224.607 cubanos intentaron entrar a territorio de EEUU en el año fiscal 2022, según datos de la Patrulla Fronteriza de EEUU. En el mismo periodo, 6.182 cubanos fueron interceptados por guardacostas estadounidenses, el mayor registro en el último sexenio.
No obstante, Estados Unidos, como principal receptor de inmigrantes en el mundo, según datos del propio gobierno y entidades mundiales, tiene un amplio programa para la admisión de refugiados ―de conjunto con ACNUR y la Organización Mundial para los Refugiados, OIM― provenientes del hemisferio occidental con preminencia de los que llegan o pasan por el Caribe, Colombia, Venezuela, México y Centroamérica.
La actual administración demócrata, con el presidente Joe Biden, ha aumentado en dos ocasiones la cifra anual a 125.000 refugiados procedentes de todo el mundo que podrán ser reasentados por EEUU: “el objetivo más alto en varias décadas”, según un informe del Departamento de Estado.
Desde 1980, año en que se aprobara la Ley de Refugiados, Estados Unidos ha admitido a más de 3,1 millones de refugiados procedentes de todas partes.
Marco legal migratorio en EEUU
La Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos [3] (INA, por sus siglas en inglés) fue establecida en 1952, ha recibido diferentes enmiendas o cambios sustanciales y recoge los principales aspectos para regular la inmigración en el país de mayor acogida de personas en el mundo.
Respaldado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), EEUU sostiene que “El asilo es una forma de protección que le permite a un individuo permanecer en los Estados Unidos en lugar de ser expulsado (deportado) a un país donde teme ser perseguido o lastimado”.
En tanto los refugiados “son personas que se encuentran fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional”, señala ACNUR.
El Departamento de Estado de EEUU (Cancillería) es el encargado de definir las diferentes solicitudes de “asilo” y “refugio”. La primera sería para quienes están en EEUU y “temen regresar a su país de origen porque sufrieron o creen que pueden sufrir persecución”; la segunda, para quienes estén fuera de EEUU y tengan que demostrar que sufren persecución en su país de origen.
Beneficios para inmigrantes en EEUU
La primera puerta abierta a los cubanos en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX vino en noviembre de 1966 cuando el presidente Lyndon B. Johnson firmó la Ley de Ajuste Cubano, que buscó dar un estatus migratorio legal a los casi 300.000 cubanos que estaban en esa nación desde 1959 con la llegada de Castro ―e incluso miles de ellos desde antes de enero de 1959. Esto les permitió a los cubanos pasar de “refugiados” a “residentes permanentes” siempre que se hubieran establecido en EEUU después del 1 de enero de 1959 y hubieran permanecido en él al menos dos años. Tal medida tuvo su base en la provisionalidad con la que muchos cubanos tomaron inicialmente su llegada a EEUU.
La ley fue modificada en 1976 y dejó en un año y un día el periodo probatorio para iniciar el proceso de obtención de la residencia. En 1996 el gobierno de Bill Clinton, tras conversaciones con La Habana, estableció la medida de “pies secos, pies mojados”, lo que invalidaba el recibimiento directo de quienes llegaran por mar (dos años antes había ocurrido la Crisis de los balseros), pero seguía admitiendo a quienes pisaran tierra, la medida fue eliminada por Barack Obama al término de su mandato en enero de 2017.
En el caso de la Ley de Ajuste, sí se podría considerar un privilegio no otorgado a otros inmigrantes, el no tener que mostrar un motivo de residencia basado en la familia o el empleo, la no obligatoriedad de entrar a EEUU por un puerto de entrada legal y el no ser clasificado en la categoría “carga pública”.
Entre los beneficios a los que se pueden acoger los refugiados y asilados (cubanos y de otras nacionalidades) están los de asistencia temporal para su familia, un ingreso suplementario, así como la de los servicios de salud y educación en todo el país.
Precisamente han sido muchos beneficiarios cubanos quienes se han colocado ellos mismos en el candelero, al ser criticados por acogerse al asilo para el que tienen que demostrar “miedo creíble” y luego, al año y un día de permanecer en EEUU regresar a Cuba, el país de donde alegan salieron huyendo por temor a ser represaliados.
El senador republicano por la Florida, Marco Rubio, se ha convertido en el peor enemigo de quienes usan la Ley de Ajuste con fines de buscar un estatus legal y luego olvidar las motivaciones políticas expuestas ante las autoridades migratorias.
Rubio es vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia en el senado de EEUU, allí supervisa el equipo de seguridad nacional, además es miembro del Comité de Relaciones Exteriores del senado en la promoción Derechos Humanos e Intereses Nacionales en el Ámbito Global e integra “el poderoso Comité de Asignaciones”.
Con tal impronta, el senador cubanoamericano y ex candidato presidencial en 2016, impulsó en abril de ese año la eliminación de los beneficios a los cubanos que han expresado que llegan a EEUU solo por motivaciones económicas.
“En esencia, nuestra ley trata a todos los cubanos categóricamente como si fueran refugiados, puedan probarlo o no”, dijo el legislador republicano en un discurso en el Senado que recogió la agencia Reuters.
“Es difícil justificar el estatus de refugiados de algunos cuando luego de llegar a Estados Unidos viajan al lugar del que dicen que huyeron unas 10, 15, 20, 30 veces al año”, manifestó Rubio, refiriéndose principalmente a los cubanos que viajan llevando la paquetería por vía aérea entre EEUU y las distintas ciudades de Cuba, comúnmente conocidos como “mulas”.
La Ley de Ajuste Cubano, no parece contar todavía con un dinamo suficiente en el Congreso para ser eliminada, y aunque tiene detractores en ambos lados, demócratas y republicanos no han llegado a un consenso definitivo.
Los cubanos pueden acceder a pagos de seguridad social y otros beneficios públicos durante sus primeros cinco años en Estados Unidos. Son el único grupo de inmigrantes que los reciben, lo que los convierte de hecho en “favorecidos”, si se les compara con otros grupos de inmigrantes aceptados en el país, tal como los provenientes de México o el llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala, El Salvador).
Aunque la disyuntiva en el caso cubano continúa siendo: ¿privilegios, beneficios o solidaridad?
La experiencia vital de cada uno marca la respuesta.
[1] Se ha respetado la redacción de los encuestados al responder a las preguntas, siempre y cuando sea legible.
[2] El éxodo de Camarioca ocurrió entre el 28 de septiembre y el 15 de noviembre de 1965.
[3] La INA está contenida en el Código de Estados Unidos (U.S.C.). El Código de Estados Unidos es una recopilación de todas las leyes estadounidenses. El Título 8 del Código de Estados Unidos cubre a “Extranjeros y Nacionalidad”.
Para descargar las encuestas:
[Este artículo fue publicado originalmente en Incubadora, el 4 de agosto de 2023]
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