El régimen cubano ha aumentado las presiones y el hostigamiento contra los denominados carretilleros, una modalidad del cuentapropismo creada con el propósito de que los productos que ellos venden lleguen a los lugares donde no hay mercados, denunciaron fuentes en la isla a Radio Televisión Martí.
El trabajo de los carretilleros tiene un carácter ambulatorio y quienes lo realizan se ven obligados por el Estado a adquirir las mercancías en la red minorista estatal, generalmente desabastecida.
En el pueblo de Mayarí, en la oriental provincia de Holguín, los controles a la labor a estos cuentapropistas son ejecutados por el Consejo de la Administración local con la autorización de la Asamblea Provincial del Poder Popular, relató el carretillero Confesor Verdecia.
"El gobierno dictó una ley que le prohíbe a los carretilleros transitar por las calles principales. No pueden vender los productos frente a mercados o tiendas. Cuando alguien llama a un carretillero, tiene que vender sus productos rápidamente y seguir porque si no, son multados", afirmó Verdecia.
En la central provincia de Cienfuegos fue creado un Grupo de Enfrentamiento Provincial para vigilar a estos emprendedores, destacó el periodista Alejandro Tur Valladares.
"Los carretilleros, los particulares, pagan mejores precios al que siembra la tierra, y éste último tiene como preferencia, por supuesto, venderle al particular", indicó Valladares.
Ancianos y enfermos son los principales beneficiarios del trabajo de estos vendedores ambulantes, expresó desde la central provincia de Sancti Spíritus el comunicador independiente Adriano Castañeda.
"Están hostigando constantemente a los carretilleros, quienes son los que les llevan los productos a la casa a los ancianos que no pueden ir a una placita", afirmó
En Puerto Padre, en el norte de la oriental provincia de Las Tunas, con las multas y decomisos ya la actividad es prácticamente nula, informó Vladimir Martín Castellanos, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
"A un vendedor la policía y los inspectores le pusieron una multa nada más porque el hombre se paró en un lugar a descansar, y le dijeron que tenía que estar moviéndose constantemente".
En Güira de Melena, en las afueras de La Habana, los carretilleros que vendan productos comprados directamente a los agricultores enfrentan multas entre 1.000 y 3.000 mil pesos en moneda nacional, reportó el periodista independiente Jorge Bello.
"Llegan los inspectores con los agentes de la Policía, cargan la carretilla completa con toda la mercancía para la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) y le hacen un decomiso", explicó.
En Las Tunas, el acoso contra esos vendedores muestra la intención del gobierno de querer controlarlo todo, dijo Yolanda Carmenate, residente de la provincia.
Es un "abuso contra las personas que quieren ganarse el dinero dignamente", comentó.
La provincia de Cienfuegos, en el centro del país, se convirtió en el primer territorio donde se creó un Grupo de Trabajo integrado por múltiples instancias del Gobierno Provincial para controlar a los carretilleros.
"Un total absurdo"
Para Elías Amor Bravo, profesor de Economía de la Universidad de Valencia, en España, la creación de un grupo provincial de enfrentamiento a los carretilleros es una muestra más del absurdo y la esencia represiva del régimen cubano.
"La noticia publicada por (el diario oficial) Granma demuestra la brutalidad del régimen comunista contra cualquier brote de actividad económica libre en Cuba", indicó.
"Hacen algo tan absurdo como obligarles (a los carretilleros) a comprar el ají o los plátanos, que luego van a venderle a una señora en La Habana Vieja, en las tiendas minoristas, cuando sabemos que están desabastecidas", amplió.
Según Amor Bravo, "esos carretilleros no compran los productos ahí porque, en primer lugar, no encuentran el producto y, en segundo lugar, porque los precios son muy altos. El gobierno no brinda ningún servicio, lo que quiere es que los cubanos se pasen el día en colas, que la gente pierda hasta tiempo de su trabajo en ellas".
El profesor de Economía indicó que "los carretilleros dan un servicio de proximidad que en ningún otro país lo encontramos porque la realidad es que la figura del carretillero es una forma obsoleta de comercio".
"La participación de los carretilleros en el comercio total en Cuba ha bajado de más de 20 por ciento, casi la cuarta parte de las ventas, del 2015 a alrededor de 17 por ciento en la actualidad. Esto pasa porque el gobierno no los quiere, lo que busca es eliminarlos de la circulación. No quiere que ese servicio, que es muy importante en Cuba, y que tiene una gran aceptación por parte de la población cubana, se consolide, tome tamaño y contribuya a un desarrollo económico independiente".
El economista envió un mensaje al gobernante Miguel Díaz-Canel: "Lo que tienen que hacer es flexibilizar toda la presión que ejercen sobre la economía cubana, sobre ese sector privado, que al final es el que va a hacer que la economía cubana crezca y supere la situación de atraso y miseria que existe en el país".