Durante más de una década, el turismo fue la principal fuente de ingresos en divisas para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. Sin embargo, la apuesta desmedida de los militares por la construcción de hoteles de lujo, en detrimento de sectores esenciales como la alimentación, la salud y la infraestructura, terminó agravando la crisis económica y humanitaria que atraviesa la isla, según una investigación del Miami Herald / El Nuevo Herald.
El reportaje, revela que el conglomerado empresarial militar Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) concentró gran parte de los recursos financieros del país en el sector turístico, a través de su empresa insignia Gaviota S.A., que hoy controla más de 120 hoteles, marinas, agencias de viajes y empresas logísticas en toda la isla.
Ganancias millonarias en medio del colapso
Documentos financieros internos de GAESA obtenidos por el Herald muestran que, entre enero y marzo de 2024, Gaviota alcanzó márgenes de ganancia del 42 %, casi cuatro veces el promedio de la industria turística global. En ese período, la empresa reportó ganancias por 13.300 millones de pesos cubanos, equivalentes a unos 554 millones de dólares, utilizando el tipo de cambio oficial de 24 pesos por dólar.
Estas cifras desmontan la narrativa oficial de que el turismo cubano es apenas rentable y explican por qué los militares persistieron en la construcción de nuevos hoteles incluso cuando el país sufría apagones generalizados, escasez de alimentos, falta de medicamentos y un deterioro acelerado de los servicios básicos.
Una apuesta fallida
La expansión hotelera se intensificó tras el acercamiento diplomático impulsado en 2015 por el entonces presidente Barack Obama, que facilitó los viajes de estadounidenses a Cuba. Sin embargo, ese escenario duró poco: las restricciones de viaje reimpuestas durante la primera administración de Donald Trump y la pandemia de COVID-19 provocaron un desplome del turismo internacional.
Aun así, los militares no corrigieron el rumbo. En 2021, en medio de un colpaso sanitario en el país, el 37.6 % de toda la inversión estatal se destinó a la construcción de hoteles, once veces más que lo invertido en salud y educación juntas. En contraste, solo el 2.7 % fue dirigido a la agricultura y la ganadería.
Salarios de miseria y control absoluto
El modelo de negocio de GAESA se apoya en salarios extremadamente bajos pagados en pesos cubanos devaluados, mientras los bienes y servicios se comercializan en dólares. Un trabajador hotelero promedio gana el equivalente a 11 dólares mensuales, lo que ha generado desmotivación laboral, escasez de personal calificado y deterioro del servicio, factores que ahuyentan aún más a los visitantes.
Según economistas citados por el Herald, el conglomerado militar opera con un control casi monopólico de los sectores más lucrativos de la economía, sin auditorías independientes ni rendición de cuentas. Las finanzas de GAESA son tratadas como secretos militares y la Contraloría General de la República no puede fiscalizar sus libros.
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