En la madrugada del 4 de abril de 1980, el gobierno cubano retiró los guardias que custodiaban la embajada de Perú en La Habana y anunciaba por radio y por altavoces que “pueden irse del país si les da la gana."
Se estima que 10,800 cubanos lograron ingresar a la sede diplomática en esos días, iniciando uno de los capítulos más dramáticos del éxodo cubano: El Mariel.