La empresa camaronera Cultizaza de Sancti Spíritus está a la venta. En realidad desde hace dos años la empresa busca un inversionista extranjero para asociarlo a su producción, pero sin éxito.
La oferta forma parte de los desesperados esfuerzos del régimen castrista para inyectar capital extranjero a su deteriorada economía. Cuba necesita con urgencia $2,500 millones de dólares anuales en inversiones directas y por eso su llamada Cartera de Oportunidades, incluye más empresas estatales que tienden la mano por todo el mundo en busca de empresarios atrevidos.
Hasta ahora ni esa Cartera de Oportunidades ni la modesta empresa camaronera Cultizaza han logrado sus objetivos.
Luis Orlando Rodríguez, director en funciones de Cultizaza, explicó a la prensa local que en tres ocasiones, del 2016 a la fecha, recibieron la visita de inversionistas españoles que “recorrieron las instalaciones de dicha entidad y constataron la forma y el manejo con que se cría el camarón en Tunas de Zaza, así como las potencialidades de desarrollo”.
Eso fue todo. Rodríguez no dijo más. Tres visitas pero ningún inversionista se animó a participar en la aventura.
Sin considerar que como dice el refrán el mal de muchos es consuelo de tontos, Rodríguez agregó que al igual que Cultizaza “las restantes camaroneras del país están abiertas a negociaciones con socios extranjeros, acción materializada en la de Calisur, Granma, donde empresarios mexicanos, vinculados a la producción del pienso con que se alimenta la especie, se asociaron a la misma”.
Rodríguez aprovechó la oportunidad para explicar las ventajas de Cultizaza que, según dijo, produjo el pasado año 805 toneladas de camarones, el 86 por ciento de las cuales fueron exportadas y el resto vendidas a las empresas turísticas del país.