El cubano Pedro Roque Otaño, 'Peter', como se le conoce en el medio pugilístico, es el actual preparador jefe del equipo de boxeo de Azerbaiyán en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016. Antes tenía igual cargo en los equipos nacionales de Cuba y de Estados Unidos.
Tras su salida de Cuba a fines de 2010, Roque se estableció en Miami, Florida, donde residía su hermana, y un año después comenzó a entrenar al equipo de Estados Unidos con miras a los Olímpicos de Londres.
"Hicimos un trabajo de planeamiento a largo plazo, que todavía continúa, y buscamos nuevos valores. Trabajamos mucho con el boxeo femenino, que iba a debutar en esos Juegos", recuerda.
No quiere extenderse en el tema, pero recuerda con tristeza cuando fue separado del equipo de Cuba luego de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, donde por primera vez en 36 años la mayor de las Antillas se fue sin medallas de oro.
Antes de ser nombrado jefe del grupo de entrenadores de Cuba, Roque era el entrenador jefe de la selección juvenil de la isla, y por sus manos pasaron casi todos los campeones cubanos, desde el tricampeón olímpico Félix Savón hasta los que hoy se desempeñan con éxito en el boxeo profesional como Joel Casamayor, Yuriorquis Gamboa y Guillermo Rigondeaux.
Roque fue separado del mando de la selección cubana a fines de 2009.
"Tengo en mi cuenta más de 500 medallas de todo tipo, incluido el oro de la americana Claressa Shields en Londres-2012", señala.
A Azerbaiyán llegó poco después de terminar su período como entrenador de Estados Unidos en los Juegos de Londres-2012. "Fue un pedido de la AIBA, con vistas al ciclo olímpico que culmina acá (en Rio de Janeiro), indica
"Acá estamos con un equipo joven. Ellos aprenden de mí y yo de ellos", explica Roque. "Mira, yo no sabía nada de la religión islámica, y con ellos he aprendido que no todos los islamistas son terroristas ni malos", dijo a AFP.
Seleccionado Mejor Entrenador del año por la AIBA en varias ocasiones, Roque ha visitado más de 70 países impartiendo seminarios y preparando boxeadores.
"Llevo 46 años enseñando y aprendiendo, y ese creo es el secreto de mi trabajo como entrenador", asegura un hombre que, pese a su Doctorado en Deportes en la Universidad Lomonosov de Moscú, cree que aún le falta mucho por aprender.
En estos Juegos de Río, todo el mundo quiere tirarse fotos con Peter, todos quieren entrevistas, y hasta los atletas más jóvenes del equipo de Cuba se acercan a saludarlo y presentarle sus respetos, señala AFP.
Aunque se comunica con sus boxeadores azerbaiyanos en ruso, aprendido de sus años en Moscú, a veces se le escucha gritarles desde la esquina en español "acubanado" cosas como estas: "¡Sube la guardia chico!", "¡Usa el jab, usa el jab!", y cuando termina la pelea, ganen o pierdan, les recibe en la esquina con un chocar de manos y un abrazo.
