Con el advenimiento apresurado de la tecnología se suelen menospreciar profesiones. Y mientras tanto, la gente se lo cree, porque, celular o cámara en mano, estiman que es tan fácil tomar una foto, y… ¿qué cámara usas?, ¿qué lente es mejor?, ¿pones la cámara en automático o configurada? pasan a ser preguntas arcaicas a las que no se les otorga respeto.
Es equivocado creer que los fotógrafos están demás, al inferir que para apretar el disparador no hay que tener talento, ni capacidad de discernir cuándo luces y encuadres son los adecuados.
Roberto Koltún lleva décadas detrás de una lente, y ha visto la vida pasar así, de foto en foto, como a picotazos. Ha sido testigo del estrago de huracanes y terremotos, ha estado en guerras, en el hambre cotidiana del mundo, en el trasiego de personas, y por su cámara ha quedado parte de la historia; que cuando no se recuerda nítidamente, entonces aparecen sus fotos, las felices, las tristes.
Sus inicios aún los tiene claros en la memoria. “Me contrata la agencia EFE como corresponsal en Ecuador. Me mandaron a cubrir los sucesos del Mariel, en La Habana, y de ahí inicio vertiginosamente la carrera. Después fui a Nicaragua, El Salvador, llego a Miami y trabajo en el Sun Sentinel, y más tarde logro entrar en el Miami Herald”.
Koltún pasó 29 años en el diario miamense El Nuevo Herald. Pronto seis fotografías suyas sobre Israel serán expuestas -del 12 de noviembre de 2019 hasta enero de 2020- en el Museo del Holocausto en Miami Beach. La exhibición será titulada: “Judíos y cubanos”.
Pero… ¿qué quiere Koltún comunicar cuando se lleva la cámara a los ojos? “Todo, la foto tiene que tener un mensaje, tiene que decir algo. Podemos poner quince fotógrafos en línea y estamos retratando a una persona…, tenemos quince imágenes, y las quince son diferentes… hay alguien que captó algo y eso es lo que tienes que ver”.
El trabajo de un fotógrafo no está exento de riesgo y, en su persona, fue repetitivo hallarse en medio del dolor y al borde de la muerte. Eso le pasó más de una vez al embarcar en las Flotillas de la Libertad que se dirigían a costas cubanas.
“En uno de los últimos viajes sientes ese temor de que va a pasar algo, y había olas de 15 pies, que se dice muy fácil, pero cuando estás en el medio del mar y no ves nada, no ves ni el dedo frente a ti, la carne se pone de gallina… Cuando estuve en Venezuela, cubriendo las manifestaciones en contra de Hugo Chávez, la agresividad de los grupos progubernamentales... siempre te aterran”.
Koltún se siente orgulloso de los diversos premios recibidos en su carrera, pero su foto favorita no tiene nada que ver con lo que ha hecho profesionalmente…
Los invitamos a ver el programa En Profundidad con el fotógrafo Roberto Kotún.