La Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo, con sede en Washington DC, organizó este martes una charla virtual sobre las conexiones de China y Cuba y la pandemia del COVID19.
El panelista invitado fue John Suarez, Director Ejecutivo del Centro para una Cuba Libre (Center for a FREE Cuba) y el evento lo moderaba Murray S. Besstte, Director de los Programas Académicos de la Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo.
Suarez, un veterano activista de Derechos Humanos, hizo una exposición de las relaciones históricas entre Cuba y China desde el siglo XIX hasta 1959 y después, el cambio brusco hacia la China comunista y la ruptura de relaciones con Taiwán, inspirado por Ernesto Guevara. Destacó el distanciamiento entre La Habana y Pekín durante la Guerra Fría, al unirse el régimen de Fidel Castro a la URSS y más tarde, el retorno a las relaciones con China tras la matanza en la Plaza de Tiananmen y la desaparición de la URSS. En ese contexto enmarcaba las visitas a Cuba de Jiang Zemin en 1993 y de Castro a Pekín en 1995.
Destacó la presencia en Cuba de efectivos de inteligencia electrónica de China y la presencia en la isla de programas de armas bacteriológicas, plasmado en documentos de científicos como los presentados por el ex coronel de la URSS Ken Alibek.
Puso énfasis en la política del régimen de Castro por ocultar información durante epidemias o plagas que afectaron la isla en su momento, como el Zika o el Cólera, con la detención y encausamiento en el 2012 del periodista independiente Calixto Martinez, por exponer los brotes de cólera en Cuba.
Presentó datos sobre la crisis del sistema de salud cubano, incluida la negligencia médica en el Hospital Psiquiátrico de Mazorra, donde en enero del 2010 fallecieron 26 enfermos debido a bajas temperaturas y las pésimas condiciones de confinamiento.
Hizo énfasis Suarez en el intercambio de información entre los dos regímenes en materia de biotecnología y los centros y laboratorios conjuntos que ambos países desarrollan, en especial en los últimos años, con fábricas conjuntas y laboratorios.
Fue parte de su presentación el explicar el uso del régimen de la diplomacia de batas blancas, considerada una forma de explotación moderna por organismos internacionales de derechos humanos. Ahora, en medio de la pandemia, el régimen recurre de nuevo a los especialistas de la salud para buscar divisas, recordó Suarez.
Presentó los twitters que desde las empresas estatales de turismo alentaban a los turistas a que visitaran la isla, y el pedido de Bárbara Cruz, directora de mercadotecnia del Ministerio de Turismo, para que los visitantes extranjeros siguieran visitando el país, a pesar de la pandemia.
Cuba fue uno de las ultimas naciones en tomar medidas para detener la pandemia, dijo el conferencista. El cierre de aeropuertos y escuelas el 23 de marzo, a pesar del clamor general, fueron medidas tomadas cuando ya la pandemia azotaba los hogares cubanos, dijo John Suarez, destacando que los primeros casos fueron de turistas italianos, una nación con gran porcentaje en la cantidad de visitas turísticas.
Aunque el moderador no abrió el debate y las preguntas quedaron en la bandeja, al finalizar la conferencia Suarez accedió a responder las de Radio y TV Martí, sobre los contratos de los médicos cubanos que son enviados ahora a diferentes países del mundo donde hay casos de COVID-19 y en qué condiciones se hacen.
“En un futuro se sabrán las condiciones de esos contratos”, dijo John Suarez, recordando que las cláusulas de muchos de estos acuerdos firmados por Cuba con Brasil, Bolivia y Ecuador fueron del conocimiento público sólo cuando esas naciones renunciaron al tráfico humano de especialistas de la salud que realiza el régimen de La Habana.
“Muchos países están necesitados de asistencia”, reconoció el Director del Centro para una Cuba Libre, “y Cuba se aprovecha de esa necesidad; pero no lo hace gratis”.
En los casos de Brasil, Bolivia y Ecuador, recordó Suarez, los contratos se hacían en muchos casos bajo la tutela de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
El Departamento de Estado, en numerosas ocasiones, ha pedido a las naciones que acogen médicos cubanos que observan los derechos laborales de los especialistas y no permitan las violaciones y abusos a que las autoridades cubanas someten a sus médicos y enfermeras cuando son enviados al extranjero.