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La España del silencio dibujada por una joven novelista


Según el departamento de Estado, Cuba ofrece apoyo médico, logístico y de vida a organizaciones terroristas como ETA y las FARC
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La novela "El Comensal" cuenta la historia de Javier de Ybarra, exalcalde de Viscaya, que murió en un secuestro a manos del grupo terrorista ETA en 1977.

Una novela de principiante no tiene por qué ser exclusivamente una novela para principiantes. Así ocurre con la obra de la escritora vasca Gabriela Ybarra, que ha escrito con fluidez envidiable ‘El Comensal’, (Caballo de Troya, 2015).

La novela corre entre las gestiones investigativas de la autora -autobiografía en flash back-, cuando descubre casi por azar que su abuelo, Javier de Ybarra, exalcalde de Viscaya que murió en un secuestro a manos del grupo terrorista ETA en 1977. La muerte y el culto al encubrimiento de la muerte llevó a su familia a esconderle a la “niña” el horror de la muerte, el misterio de un crimen.

Gabriela, que no se nombra a sí misma en todo el relato, termina ‘googleando’ el nombre de su abuelo y comienzan a aparecer todas las lindezas del periodismo y los ripios y opiniones que surgen de la opinión pública. Ese rompecabezas es el que ella debe armar para llegar finalmente al ancón, donde un comando le disparó finalmente a su abuelo.

En una entrevista para el diario madrileño ABC relató sobre el móvil de la novela: “Yo vivía el asesinato de mi abuelo como una especie de ficción. Mi padre estaba amenazado y llegaron a enviarnos un paquete bomba, pero no era una cosa con la que tuviese un enfrentamiento directo. Asumir que el peligro que viví era real… Sentí miedo, todo el miedo que tenía acumulado salió de golpe. Le puse cara al peligro, investigué dónde vivían y cuando vi sus caras me impresionó mucho reconocerles como humanos”.

Contado así pareciera un remanente, un hilo directo con los cuentos de Andersen, pero en el momento en que ella descarga su batería de preguntas sobre el silencio familiar, sobre la pena de España por callarse la boca en ocasiones, la trama debe volverse a la crueldad del cáncer. Su madre es diagnosticada con la enfermedad y ya nada debe ni puede esperar, quedan solo semanas para que su cuerpo se desvanezca en el sangramiento final, en la pérdida del aliento que la sostiene, y ese parece ser el recurso para terminar de contar la historia de un hombre –su abuelo-, y ¿por qué no?, su propia historia.

La sencillez conque está contada esta novela es acaso el recurso mejor empleado, desde el mismo momento en que la alegoría a un país que se desangra y una madre que ya no trata de agarrarse a la vida, transcurre un centenar de páginas.

Las mudas espaciales bien cosidas y mejor disfrazadas son las que se agradecen aquí. ‘El Comensal’ es una carrera buscando el hecho desesperado y cruel de una muerte provocada, para dar de bruces con una muerte que no se había anunciado, la de la madre, y la que debe enfrentar.

Ya le ha pasado al cuento como género, las camisas de fuerza que lo han presentado como un caballero de salón por tanto tiempo, están deshilachadas. La novela vive igualmente su era de entrar y salir de las zonas de la ficción a la realidad sin que se le noten las costuras. Gabriela Ybarra está ayudando a la novela contemporánea a presentar estas credenciales como un sello definitivo.

El simbolismo del crecimiento natural, de la pérdida de la inocencia con el sacudón de la despedida final se convierte aquí en la mejor herramienta de Ybarra para demostrarnos que se puede narrar, y bien, sin las pretensiones ni las poses escriturales que han alejado al lector del encanto de contar bien una historia.

Gabriela Ybarra, Bilbao, 1983, es especialista en redes sociales y análisis de mercado. Reside en Madrid.

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