Un día después de que Donald Trump ganara las elecciones a la presidencia de Estados Unidos, las divisiones de campaña parecieron agravarse cuando miles de manifestantes -algunos con carteles que afirmaban "No es mi presidente" llenaron las calles en varios lugares del país en protesta por su inesperada victoria.
De Nueva Inglaterra a ciudades de interior como Kansas City o la costa oeste, los manifestantes alzaron banderas y efigies del presidente electo, cortando el tráfico y declarando que se negaban a aceptar el triunfo de Trump.
Las llamas iluminaron el cielo nocturno en varias ciudades de California cuando miles de manifestantes quemaron una enorme cabeza de Trump hecha con papier-mache en Los Ángeles y prendieron fuegos en cruces de Oakland.
Los manifestantes de Los Ángeles también golpearon una piñata con la imagen de Trump y pintaron lemas groseros contra Trump en el edificio del diario Los Angeles Times y varias furgonetas de prensa. Un manifestante ante el Ayuntamiento de Los Ángeles mostraba un cartel que simplemente decía "esto es muy malo".
Hacia el final de la noche, varios cientos de personas cortaron una de las carreteras más transitadas de la ciudad, la 101 que conecta el centro y Hollywood.
En Oakland, varios miles de personas se reunieron en la plaza Frank Ogawa, bloqueando intersecciones y accesos a la carretera.
En Chicago, donde miles de personas salieron hace poco a la calle para celebrar la primera victoria de los Cachorros de Chicago en la Serie Mundial en más de un siglo, miles de personas marcharon por el Loop. Reunidos ante la Trump Tower, corearon "¡No es mi presidente!".
Michael Burke, vecino de Chicago, dijo creer que el empresario neoyorquino "dividirá el país y avivará el odio", y dijo que hay un deber constitucional de no aceptar ese resultado.
Una protesta similar en Manhattan atrajo a unas mil personas. Ante al Trump Tower de la Quinta Avenida, la policía instaló barricadas para mantener a los manifestantes a raya.
Cientos de personas se congregaron cerca del Ayuntamiento de Filadelfia pese al frío y la humedad. Los asistentes, incluidos partidarios de la candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, y del senador independiente por Vermont Bernie Sanders, que perdió ante Clinton en las primarias, expresaron su indignación contra republicanos y demócratas por el resultado de los comicios.
En Boston, miles de manifestantes opuestos a Trump recorrieron el centro de la ciudad entre gritos de "Trump es un racista" y llevando pancartas que decían "Destituyan a Trump" y "Eliminen el Colegio Electoral". Parece que Clinton está camino de ganar en votos individuales, pese a perder la cuenta de votos electorales asignados a los estados, que deciden la contienda por la presidencia.
Los manifestantes se reunieron en el parque Boston Common para dirigirse al capitolio estatal de Massachusetts, ante una fuerte presencia de elementos de seguridad.
Una protesta que comenzó el martes por la noche en el Capitolio de Minnesota con unas 100 personas fue creciendo a su paso hacia el centro de St. Paul, indicó el Minneapolis Star Tribune. Los manifestantes cortaron calles céntricas y fueron al oeste por la avenida University, donde gritaron insultos contra Trump en inglés y español.
Hubo otras marchas en la región centro-norte de Estados Unidos, por ejemplo en Omaha, Nebraska y Kansas City, Missouri.
Medios de prensa local transmitieron un video grabado la noche del miércoles sobre una multitud pacífica frente a su nuevo hotel en el centro de la ciudad. Muchos de ellos gritaban: "No al racismo en Estados Unidos, no a Trump, no al KKK".
Otro grupo permaneció fuera de la Casa Blanca. Sostuvieron velas, escucharon discursos y entonaron canciones.
En Oregon, decenas de personas bloquearon el tránsito en el centro de Portland, quemaron banderas estadounidenses y obligaron la demora de trenes en dos líneas del tren ligero.
Cientos se reunieron en el centro de Seattle. Muchos sostuvieron carteles contra Trump y de Black Lives Matter y corearon lemas como "La misoginia tiene que acabar" y "El pueblo unido jamás será vencido".
Previamente, la protesta en el centro de la ciudad atrajo a varios seguidores de Trump, quienes se burlaron de los manifestantes con letreros. En cierto punto, un simpatizante de Trump fue perseguido por la Plaza Pioneer Courthouse y fue golpeado en la espalda con una patineta antes de que otras personas intervinieran.