El ex agente de policía de Minneapolis Derek Chauvin fue declarado culpable este martes de tres cargos de homicidio por la muerte de George Floyd, un caso que desencadenó protestas y violencia en todo el mundo, así como reflexiones sobre el racismo y la actuación policial en Estados Unidos.
Chauvin, de 45 años, salió inmediatamente del juzgado con las manos esposadas detrás de la espalda y podría pasar décadas en prisión.
Después de unas 10 horas de deliberaciones durante dos días, el jurado declaró culpable a Chauvin de tres cargos: homicidio involuntario, homicidio doloso en tercer grado y homicidio no premeditado en segundo grado.
El veredicto — culpable de todos los cargos, en una clara victoria para los simpatizantes de Floyd — desató festejos teñidos de duelo en toda la ciudad. Cientos de personas salieron a celebrar en las calles aledañas del centro de la ciudad. Los conductores tocaban las bocinas de sus autos y los peatones corrían entre el tráfico ondeando banderas.
“Hoy podemos respirar de nuevo”, dijo el hermano menor de Floyd, Philonise, durante una conferencia de prensa ofrecida por la familia. Rompió en llanto mientras comparaba el caso de Floyd con el de Emmett Till, víctima de linchamiento en Mississippi en 1955, con la excepción de que en esta ocasión había cámaras para mostrarle al mundo lo que había sucedido.
Biden: “No podemos detenernos aquí”
El presidente de Estados Unidos Joe Biden aseguró que el veredicto de culpabilidad de Chauvin por el asesinato de Floyd “puede ser un gran paso hacia delante” para la nación en la lucha contra el racismo sistémico. Sin embargo, señaló, “no es suficiente”.
Horas después de darse a conocer el veredicto, Biden habló desde la Casa Blanca acompañado por la vicepresidenta Kamala Harris, y ambos dijeron que la labor del país no termina con la condena.
“No podemos detenernos aquí”, afirmó Biden.
Biden y Harris hicieron un llamado al Congreso para que actúe con rapidez para abordar la reforma policial, incluyendo la aprobación de un proyecto de ley con el nombre de Floyd, quien falleció luego de que Chavin lo sometió arrodillándose sobre su cuello en mayo del año pasado. Más allá de eso, el mandatario dijo que todo el país debe hacer frente al odio para “cambiar los corazones y las ideas, así como las leyes y las políticas”.
“'No puedo respirar'. Esas fueron las últimas palabras de Floyd”, declaró Biden. “No podemos dejar que esas palabras mueran con él. Tenemos que seguir escuchando esas palabras. No debemos dar la espalda. No podemos dar la espalda”.
Biden se dirigió a la nación luego de hablar por teléfono con la familia de Floyd tras el veredicto, diciéndoles: “Todos estamos muy aliviados”. Añadió que posteriormente trató de consolar a la hija de Floyd, Gianna, comentándole: “Papá sí cambió el mundo".
Harris, la primera mujer de raza negra en ocupar la vicepresidencia, dijo que el racismo evitaba que el país cumpliera su promesa fundacional de “libertad y justicia para todos”.
“No es sólo un problema para los afroestadounidenses o para la gente de color. Es un problema para todos los estadounidenses”, señaló la vicepresidenta. “Está impidiendo que nuestra nación alcance todo su potencial”.
“Un grado de justicia no es lo mismo que una justicia igualitaria”, aseveró.
Un rayo de esperanza para comunidad negra
El alivio, aunque sea fugaz y temporal, es un sentimiento que los afroestadounidenses rara vez han sentido en Estados Unidos: desde la esclavitud a la segregación de Jim Crow y persistentes castigos por ser negro, ha sido difícil dar un soplo de aire fresco libre de opresión.
Sin embargo, la condena del expolicía Derek Chauvin por asesinar a George Floyd hace casi un año permitió que muchos en Minneapolis y en todo el país liberasen algo de la ansiedad acumulada, y vieran un atisbo de esperanza.
Pero, ¿qué forma podría tomar esa esperanza?
La sentencia para Chauvin -declarado culpable de asesinato y homicidio por presionar el cuello de Floyd con la rodilla, asfixiándole hasta que dejó de moverse el pasado mayo- mostraba de nuevo a los afroestadounidenses y a sus compatriotas que el sistema legal puede reconocer el valor de las vidas negras.
O, al menos, puede exigir responsabilidades a un policía blanco de Minnesota por lo que muchos declararon como un claro acto de asesinato hace meses.
“Este podría ser el principio de la restauración en la creencia de que el sistema de justicia puede funcionar”, dijo el activista de derechos civiles Martin Luther King III, una opinión muy repetida el martes.
“Pero tenemos que mantenernos en la batalla de una forma pacífica y no violenta, y hacer demandas”, añadió. “Esto ocurre desde hace años, y un caso, un veredicto, no cambia cómo ha operado el racismo sistemático en nuestro sistema”.
(Con información de Associated Press)