Los medios del país agresor están manipulando la declaración del asesor del jefe de la Oficina del Presidente, Mijailo Podolyak, que, reflexionando sobre las perspectivas del fin de la guerra de Rusia contra Ucrania, declaró que para poner fin a las operaciones militares y la desocupación de los territorios ucranianos las Fuerzas Armadas ucranianas necesitan que las pérdidas del ejército ruso rocen las 5 mil bajas diarias.
“Es verdad que Rusia ha reunido una gran cantidad de mano de obra que debemos destruir lo más rápido posible. Es decir, deberíamos recibir no 1000 “tarjetas funerarias” para Rusia por día, sino 2500, 3000 y preferiblemente 5000. Solo esto puede iniciar la finalización de esta guerra”, dijo Podolyak en la emisión nacional de una telemaratón.
Podoliak no hizo ningún llamamiento al “genocidio” de los rusos, en su declaración. Se trataba, exclusivamente, sobre la necesidad de liquidación de las tropas ocupantes rusas que invadieron el territorio soberano de Ucrania. Ucrania, de conformidad con las normas internacionales y la Carta de las Naciones Unidas, tiene todo el derecho a utilizar todos los medios a su alcance para defenderse de la agresión rusa; la defensa contra el enemigo en territorio soberano no puede llamarse “genocidio”. Los medios rusos alteran, deliberadamente, los conceptos, presentando a los ocupantes como la “parte perjudicada”.
Es más, es la agresión rusa la que, posiblemente, tenga signos de genocidio del pueblo ucraniano: ya se han puesto en marcha investigaciones por agencias internacionales independientes encargadas de hacer cumplir la ley. Los ocupantes rusos matan, mutilan y torturan a los ucranianos en los territorios ocupados; la evidencia de estos hechos está registrada, no solo por los agentes del orden ucranianos, sino también por investigadores internacionales. Según los resultados de una investigación independiente, los expertos de la ONU han llegado a la conclusión de que Rusia está matando deliberadamente a la población civil ucraniana y está involucrada, tanto en violaciones de las normas legales internacionales de la guerra, como en crímenes de guerra.
Después de la desocupación de Bucha, en marzo de 2022, se conocieron datos impactantes sobre la tortura y el asesinato masivo de civiles ucranianos por parte de los ocupantes rusos.
Posteriormente, el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, calificó la guerra rusa como un genocidio del pueblo ucraniano: “Cada vez es más obvio que Putin está tratando de borrar de la tierra la idea misma de que es posible ser ucraniano”, enfatizó Biden.
Se encontraron entierros masivos de ciudadanos ucranianos con rastros de muerte violenta en todos los territorios liberados de los ocupantes: en septiembre de 2022, en la provincia de Járkiv; en octubre de 2022, en la provincia de Donetsk; en noviembre de 2022, en la provincia de Jersón.