Si los alimentos y los medicamentos necesarios, la vida de los familiares de los enfermos en Cuba se torna verdaderamente dramática, uniendo la preocupación por la salud de sus seres queridos con la carencia de los recursos imprescidibles que ayuden a paliar la situación.
En este reportaje realizado para Radio Televisión Martí, la periodista Ivette Pacecho habla con María López, activista de La Habana y Leidi Tabares, activista de Camagüey, quienes día a día se enfrentan a la batalla por salvar la vida de sus familiares unido a la falta de los mínimos recursos.
"Momentos muy duros cuando ellos te dicen; tengo ganas de comerme un pedazo de cake, de dulce, y tú no puedes comprarle el dulce".
"Momentos muy duros cuando ellos -dice María López refiriéndose a sus padres, ancianos y muy enfermos- te dicen: tengo ganas de comerme un pedazo de cake, de dulce, y tú no puedes comprarle el dulce".
Lo mismo sucede con los medicamentos: "Tengo que comprarlos en el mecado negro -agrega María- en la Farmacia te dicen no tenemos el medicamento por el momento. En el mercado negro todo es muy caro", concluye.
Por su parte, la activista Leidis Tabares enfrenta una situación igual de difícil con su esposo, a quien le falta una pierna y se está muy delicado de salud:
"Por una mala práctica de los médicos en el Cardiocentro de La Habana, que le dejaron una vena abierta, por donde mismo le pasaron las agujas, o sea, que diario hay que curar a Álvaro por la mañana y por la tarde porque él sigue botando linfa de por vida".
Tabares dijo además para Radio Martí que no encuentra ni los medicamentos para la cardiopatía que padece su esposo, ni los materiales para una cura que tiene que hacer día a día.
"Cuba necesita una democracia. Nos están matando. Esto es un campo de concentración".
"Yo necesito para eso apósitos, yodo, esparadrapo y guantes, de eso no tengo en estos momentos nada".
Más adelante, añade Tabares: "Cuba necesita una democracia. Nos están matando. Esto es un campo de concentración".