El cubano de origen chino Yat-Sen Chang Oliva, exbailarín principal del English National Ballet, fue condenado el martes por la justicia británica por varias agresiones sexuales y una violación a cuatro alumnas cuando las tenía a su cargo.
El bailarín, de 50 años y originario de la ciudad cubana de Matanzas, fue juzgado por 12 cargos de agresión sexual y dos de agresión con penetración ocurridos en el English National Ballet y la Young Dancers Academy de Londres entre diciembre de 2009 y marzo de 2016.
Las denunciantes, que tenían entre 16 y 18 años en el momento de los hechos, acusaron a Chang de haberlas tocado de forma inapropiada mientras les daba masajes.
Tras 13 horas de deliberaciones, el tribunal londinense lo declaró culpable de todos los cargos, excepto de uno de violación.
El cubano quedó en detención a la espera de conocer su sentencia, que el tribunal dará el 18 de junio.
Los delitos cometidos por Chang «se fueron haciendo cada vez más graves», afirmó el juez Edward Connell y advirtió al acusado de que se enfrentaba a «una larga pena de prisión».
En el juicio, el fiscal acusó a este bailarín «de renombre internacional», «famoso y venerado» por los aspirantes a emularlo, de «aprovecharse de su posición» para agredir a «niñas cuya educación se le había confiado».
«Pensó que su fama y posición le protegerían de cualquier queja o consecuencia de sus actos», dijo el fiscal.
Chang Oliva, que se incorporó al English National Ballet en 1993, negó las acusaciones y dijo durante el juicio que no tenía «ni idea» de dónde procedían.
El mundo del ballet británico se ha visto sacudido en los últimos años por acusaciones similares.
El bailarín y coreógrafo inglés Liam Scarlett, considerado el niño prodigio del ballet británico, había sido suspendido en el verano de 2019 del Royal Ballet tras ser objeto de una investigación por acoso sexual.
La investigación cerró el caso unos meses después pero la compañía dejó de colaborar con el artista, que se suicidó a mediados de abril a los 35 años.
Según el diario The Times, se acusó a Scarlett de hacer comentarios inapropiados sobre los genitales, de tocamientos sexuales, de pedir fotos de desnudos e irrumpir mientras los alumnos se cambiaban.