A Guillermo "Coco" Fariñas, en esta ocasión, el arresto -un ejercicio de acoso que se ha convertido en la herramienta habitual y preferida del régimen- le pareció "una señal de preocupación de ellos".
La decisión de "ellos", el régimen, de volver a detenerlo cree que fue inexplicable, al menos, a primera vista.
Había salido de su casa a la esquina, relata, "a tomarme un guarapo", y ahí me detuvieron. "En la estación un oficial me comentó que se trataba de una ´situación operativa especial´ porque el gobernante Miguel Díaz-Canel se encontraba en la ciudad de Santa Clara".
"Qué tiene que ver Díaz-Canel con nosotros ", les preguntó.
Cuando se le comenta que es notable un aumento de las detenciones de miembros de la oposición y la sociedad civil en la isla en los últimos días, responde: "Quizás ellos saben algo que nosotros no sabemos. Quizás les preocupa la tensión social que se vive en el país".
Esta es la segunda ocasión, en menos de una semana, que Fariñas es detenido. El martes pasado su arresto, que duró hasta el jueves, desató denuncias.
"Esta vez me dijeron que como estaba en Santa Clara (el gobernante) Miguel Díaz-Canel, no iban a permitir ningún tipo de provocación contra su persona y (...) el mando había acordado detenerme. Me llevaron a la Unidad Provincial de Investigaciones Criminales y Operaciones (UPICO). Allí estaba el mayor Daniel Rojas González, con quien hablé, incluso de deportes, hasta que le dieron la orden de traerme para acá (la casa)", afirmó.
Hay un aumento de los arrestos y el acoso a los opositores en días recientes, ¿cuál es la razón?
Hay algo que nosotros no sabemos, desde el punto de vista social, que a ellos los tiene con un poco de preocupación y están en función de neutralizar, de enviar el mensaje "estén tranquilos". Debe ser que ellos tienen algún indicio de que la tensión social está subiendo mucho dentro de Cuba y esperan un estallido social, una protesta espontánea, algo tienen ellos en su información que nosotros, por nuestros medios, no percibimos. Los veo muy nerviosos
Me dijeron que también habían arrestado a Guillermo del Sol (periodista independiente residente en Santa Clara, quien también fue liberado en la tarde del sábado). La razón que dieron también es que estaba Díaz-Canel aquí.
¿Esta influyendo la situación económica que atraviesa el país en la reacción del régimen?
Sí. Cuando yo me dirigía hacia la guarapera, que está a unos 200 metros de donde vivo, había una tremenda pelea en la placita (mercado) de la esquina de mi casa porque había llegado la carreta (de alimentos) con una serie de productos, pero la gente sabía que no iban a alcanzar para todos. La pelea era de ofensas y demás... La tensión social está muy alta y creo que están nerviosos por eso.
No hay una razón plausible para este arresto. Nosotros ni sabíamos que Díaz-Canel estaba aquí.
¿Cuál es la opinión de los cubanos sobre los recientes anuncios del régimen en materia económica?
Te voy a decir dos opiniones que yo oí ayer (viernes). La primera es de un combatiente de la revolución cubana, que está totalmente desilusionado y frustrado con lo que él ayudó a construir. Me dijo: "A esta gente no le da vergüenza que todo el mundo se percate, al ver la Mesa Redonda (programa oficial de noticias), que lo que quieren es seguir viviendo de los americanos. Ellos saben que las medidas (expansión de la venta de productos en dólares) son para captar más dinero. Necesitan, precisamente, el dinero de los capitalistas.
La otra opinión que oí ayer, que me llamó la atención, es con respecto al precio de los automóviles modernos. Esos automóviles -dicen que les rebajaron el 10 por ciento del precio, pero aunque les rebajen el 50 por ciento- solo los pueden comprar gente que tenga familia allá (en el exterior).
Hay un rechazo a estas medidas porque, al final, no quitaron el gravamen del 10 por ciento al dólar. Las medidas están destinadas a tratar de sacar la mayor cantidad de divisas a la diáspora cubana, a las empresas extranjeras, al cubano de aquí adentro, pero bajo ningún concepto están concebidas para mejorar la situación del pueblo.
La gente se da cuenta de que no hay una luz al final del túnel. Estamos caminando totalmente a oscuras. La frustración social está en todos los estamentos sociales. Está frustrada hasta la gente que hace dos, tres años, nos daba golpes a nosotros en los actos de repudio.