El doctor Anthony Fauci dijo el domingo que, aunque la variante ómicron del coronavirus se está propagando rápidamente por Estados Unidos, los primeros indicios dejan entrever que podría ser menos peligrosa que la delta, que sigue impulsando un repunte en las hospitalizaciones.
Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden, declaró en el programa “State of the Union” de la cadena CNN que los científicos necesitan más información antes de llegar a conclusiones sobre la gravedad de ómicron.
Reportes de Sudáfrica, donde surgió y se está convirtiendo en la variante dominante, muestran que las tasas de hospitalización no han aumentado a un ritmo alarmante.
“Hasta ahora, no parece que tenga un grado de severidad muy grande”, señaló Fauci. “Pero tenemos que ser realmente cuidadosos antes de hacer cualquier determinación de que es menos grave, o de que realmente no provoca una enfermedad grave, en comparación con la delta”.
Fauci señaló que el gobierno de Biden está sopesando retirar las restricciones de viaje a los extranjeros que desean entrar a Estados Unidos procedentes de varios países africanos, las cuales fueron impuestas mientras la variante ómicron se propagaba por la región. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha criticado esas medidas, denunciando que representan un “apartheid de viajes”.
“Con suerte podremos retirar esa prohibición en un periodo de tiempo bastante razonable”, dijo Fauci. “Todos nos sentimos muy mal por las dificultades que están enfrentando no sólo Sudáfrica, sino las otras naciones africanas”.
La variante ómicron había sido detectada en aproximadamente una tercera parte de los estados de Estados Unidos hasta el domingo, incluyendo en el noreste, en el sur, en las Grandes Llanuras y en la costa oeste. Wisconsin y Missouri han sido de las últimas entidades en confirmar casos.
Sin embargo, la delta sigue siendo la variante dominante, representando más del 99% de los casos e impulsando un alza en las hospitalizaciones en el norte del país. Se han enviado equipos de la Guardia Nacional para ayudar a los hospitales abrumados en el oeste de Nueva York, y el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, emitió una orden de emergencia que requiere que cualquier hospital que enfrente una capacidad limitada para atender pacientes reduzca los procedimientos programados que no son urgentes.
Las autoridades estadounidenses siguieron pidiendo a la gente que se vacune contra el COVID-19 y reciba la dosis de refuerzo, y que también tome medidas como portar mascarillas cuando esté con extraños en interiores, haciendo notar que todo lo que sirve para protegerse contra la variante delta también sirve contra otras variantes.
Incluso si ómicron resulta ser menos peligrosa que delta, sigue siendo problemática, declaró la doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la Organización Mundial de la Salud, en el programa “Face The Nation” de la cadena CBS.
“Incluso si tenemos una gran cantidad de casos que son moderados, algunos de esos individuos requerirán ser hospitalizados”, señaló. “Necesitarán ingresar a terapia intensiva y algunas personas morirán... No queremos ver que eso pase, aunado a una situación ya de por sí difícil en la que delta está circulando a nivel global”.
Luego de dos años de que surgió el brote, el COVID-19 ha provocado la muerte de más de 780.000 estadounidenses, y actualmente hay unos 860 fallecimientos diarios a consecuencia de la enfermedad.
(Con información de AP y VOA)