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"Fidel Castro es un putschista", me dijo mi padre el 26 de julio de 1953


Castro detenido en el Vivac de Santiago de Cuba.
Castro detenido en el Vivac de Santiago de Cuba.

Los comunistas comunicaron sus planes de estadía en Santiago al gobernandor provincial y al Coronel Del Río Chaviano.

Lucerna - A partir del 1 de julio de 1947, cuando en la azotea del antiguo circuito CMQ, en Monte y Prado, se inaugurara Radio Reloj, en mi casa a diario se sintonizaba esa emisora para estar al tanto del acontecer noticioso nacional e internacional. En julio de 1953 no había cumplido aún los 11 años, pero cuando escuché la noticia del asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, le pregunté a mi padre quién era Fidel Castro.

Nacido el 21 de diciembre de 1910 en Palmira, Cienfuegos, mi padre, José Manuel Quintero Suárez, un mulato blanconazo que medía seis pies y pesaba más de 200 libras, se caracterizaba por ser un hombre flemático y de pocas palabras. Escuetamente me respondió: "Fidel Castro es un putschista".

En la tarde del 26 de julio se impuso la censura y la suspensión de las garantías constitucionales. El periódico Hoy, órgano del Partido Socialista Popular (PSP), al que mi padre pertenecía, fue clausurado. La denuncia de los comunistas cubanos contra el asalto al Moncada apareció en el periódico comunista Daily Worker de Nueva York el 5 de agosto de 1953. Los declaraba putschistas y aventureros.

"El Partido Socialista Popular no fue ilegalizado en Cuba ni siquiera tras el golpe de estado encabezado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952. Su prohibición ocurrió más de un año después y se debió a una infortunada coincidencia", escribía Alina Bárbara López en Cuba Posible en 2017.

La 'infortunada coincidencia' fue la celebración del 45 cumpleaños de Blas Roca Calderío, secretario general del PSP, el 24 de julio de 1953 en Santiago de Cuba. Mi padre era guardaespaldas de Blas desde la década de 1930 y solía almorzar con Blas en su casa. Allí fue donde conoció a Carmen, mi madre, que era hermana de Dulce María, la esposa de Blas. Desde que nací, el 10 de noviembre de 1942, Blas se convirtió en 'tío político' y debía decirle 'tío Paco' (su verdadero nombre era Francisco). Ese vínculo se reforzaría en 1959, cuando comencé a trabajar como mecanógrafa en el comité nacional del PSP y Blas era mi jefe.

En mi época, delante de los niños no se hablaban asuntos de personas mayores. No fue exactamente mi caso, porque procedía de una familia implicada en la política y que junto a mis primos, los cuatro hijos de Blas, y los hijos de otros dirigentes comunistas, participábamos en actos por la paz y otros de contenido patriótico. Pero nunca a mi padre ni a Blas les pregunté por qué, si mi padre era su escolta, no fue con él a Santiago de Cuba.

Acerca de un cumpleaños que iba a tener repercusión por casi haber coincidido con el ataque al Moncada, me enteraría mucho tiempo después. El relato más detallado es el de Walfrido La O Estrada, entonces secretario general del PSP en Manzanillo, Campechuela y Niquero. Contó Walfrido que además de un acto, se había organizado un almuerzo en el local del Gremio de Panaderos y para su celebración se contaba con el permiso del gobernador provincial de Santiago de Cuba. Pero Blas quiso que también se informara al coronel Alberto del Río Chaviano, jefe del regimiento militar del Cuartel Moncada, pues sabía que éste se oponía a las reuniones de los comunistas.

Chaviano no recibió al emisario del PSP, delegó en su ayudante, quien categórico dijo que ni el coronel ni él autorizaban a los comunistas a reunirse. Fue entonces cuando Felicita Maceo Núñez, sobrina de Antonio Maceo y nieta de Mariana Grajales, ofreció su casa para realizar el almuerzo y en el que además de Blas, participarían Juan Marinello Vidaurreta, Lázaro Peña González, Joaquín Ordoqui Mesa, Romárico Cordero Garcés y Ursinio Rojas Santiesteban, entre otros. En la mañana del 25 de julio, Blas y Marinello partieron vía aérea hacia La Habana, mientras que Peña y Ordoqui lo hicieron por carretera rumbo a Holguín, donde tendrían una reunión.

Cuando en la madrugada del 26 de julio se produce el asalto a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el coronel Chaviano, que conocía la presencia de dirigentes comunistas en la provincia, inmediatamente los relacionó con los sucesos. Por haberse ido antes, Blas y Marinello escaparon de la redada policial, pero Lázaro Peña y Joaquín Ordoqui fueron apresados en Holguín e involucrados en el proceso judicial, del cual posteriormente serían absueltos.

En Los cinco artífices ocultos, artículo que en dos partes publiqué en mi blog en 2012, su autor, Yndamiro Restano Díaz (La Habana 1948) tiene una opinión muy distinta:

"Cuesta trabajo admitir, después que se conoce la historia oculta de la revolución cubana, que la dirección nacional del PSP, casualmente estuviera celebrando en Santiago de Cuba el cumpleaños de Blas Roca (Manzanllo, 24 de julio de 1908), dos días antes del ataque al Moncada. La historia puede ser trágica, irónica, pero nunca ingenua. Máxime cuando había comunistas entre los asaltantes a la fortaleza militar. Uno de ellos, Raúl Castro, quien nunca ha negado su militancia comunista ni se ha disfrazado de revolucionario democrático.

"Tanto a mi familia como a otros militantes de fila que conocí, lo que le interesaba era que se estableciera en Cuba un comunismo fiel a Moscú. En mi casa, por las noches, tenían lugar tertulias. Encuentros que se realizaban en la terraza del apartamento donde vivíamos, en 21 y G, Vedado. Recuerdo que una de esas noches, cuando precisamente se reflexionaba sobre el asalto al cuartel Moncada, mi tía Yeya (Aurelia Restano) a quien yo quería y respetaba mucho, dijo: 'Yo no acabo de entender el modo en que ustedes razonan, porque parece que se les olvida que donde estaba Raúl, estaba el Partido (se refiere al PSP)'. Yeya era muy aguda y poseía mucho olfato político.

"A favor de Yeya hay fuentes, entre ellas, el periodista de la televisión de Camagüey, Noel Manzanares Blanco, así como la revista cubana Calibán, las cuales dicen que Ñico López era un hombre del Partido (PSP). López participó en el ataque al cuartel de Bayamo, que fue una acción combinada con el asalto al Moncada. Raúl en Santiago y Ñico López en Bayamo. Incluso, existen varias fuentes que opinan que Sarría respondía al PSP. Sarría era aquel militar que salvó a Fidel Castro, después del fracasado asalto a la fortaleza santiaguera".

En una entrevista telefónica que Antonio de la Cova, autor del libro The Moncada Attack: Birth of the Cuban Revolution, el 26 de noviembre de 1974 le hiciera a Alberto del Río Chaviano, exiliado en Dallas, Texas, Chaviano dijo: "El comandante Rafael Morales es el más sinvergüenza. Él aún vive en Cuba con eso de que salvó a Fidel. Él recibió una orden y no la cumplió. Por eso Fidel está vivo. No, yo no di la orden de que no tocaran a Fidel, ése fue el Presidente (Fulgencio Batista), y yo creo que estaba bien hecho en aquel momento". Con anterioridad, el 12 de septiembre de 1974, Antonio de la Cova había conversado en Queens, Nueva York, con Rafael Morales Gros, hijo del comandante Rafael Morales Álvarez.

Al menos a mí me llamó la atención que Chaviano no mencionara a Pedro Sarría Tartabull , considerado en Cuba como el salvador de Fidel Castro. Desconozo si Sarría fue simpatizante o no del PSP. Lo que si sé es que el otro salvador de Fidel, fue Jesús Yánez Pelletier, militar que impidió que Castro fuera envenenado cuando estuvo preso en la cárcel de Boniato. Desde la década de 1980 y hasta su fallecimiento el 18 de septiembre del 2000, Yánez Pelletier fue disidente.

Doce años después del asalto al Cuartel Moncada y cuando la revolución de los barbudos conmemoraba su sexto aniversario, en 1965, Aníbal Escalante Dellundé, quien no había participado en el cumpleaños de Blas Roca en Santiago de Cuba y en la práctica era el segundo al mando del PSP, en un proceso que quedó conocido como la Microfracción, fue acusado de conspirar con la Unión Soviética. En Harry Potter y la revolución escatimada, testimonio publicado en mi blog en 200, conté que en los casi dos años que laboré como mecanógrafa en el comité nacional del PSP (1959-1961), el enlace entre la máxima dirigencia del PSP y 'Alejandro', seudónimo de Fidel Castro, era Aníbal Escalante.

"Sea cual fuera la participación de Escalante en este fenómeno y las razones de Fidel Castro para incoar el proceso, todo parece indicar que se trató, entre otras cosas, de una purga destinada a liberarse de militantes del nuevo Partido Comunista que, perteneciendo o no al antiguo, intentaban el ejercicio de opinión. Al menos, tal fue el testimonio que recibió este redactor de Carlos Quintela y Nicolás Pérez Delgado, miembros del núcleo del partido del periódico Granma que sufrieron el proceso y que años después manifestaron reiteradamente la ausencia de una conspiración", escribía Joaquín Ordoqui García en la revista Encuentro de la Cultura Cubana.

Por su parte, en Los cinco artífices ocultos, Yndamiro Restano argumenta que "a partir de la purga contra Aníbal Escalante y sus seguidores, ya la divinidad no es el Partido, sino Fidel Castro. La divinidad para los comunistas era el Partido, una divinidad impersonal. En tiempos de Aníbal, el populacho coreaba 'la ORI, la ORI, la ORI es la candela'. Pero cuando Fidel Castro toma el poder absoluto, ya no son las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas, agrupación política creada en julio de 1961 para reunir al Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular), es Fidel quien realiza todo lo bueno, y nunca nada erróneo ni perverso. Fidel Castro está más allá de todo juicio crítico. Ahora es el caudillo, es la candela que exige obediencia ciega.

"Esta sumisión absoluta al gran caudillo sólo es equiparable al Heil, Hitler. En la historia de Cuba jamás eso ocurrió. Ni siquiera Batista se atrevió a exigir obediencia ciega a toda la sociedad cubana, eso quedaba para los batistianos. En el fidelismo la obediencia ciega era impuesta a todo un pueblo y el que no aceptaba esta desaparición existencial a través de la sumisión, era reprimido en diferentes grados o tenía que marcharse del país.

"Cuando se organizan las ORI, aparece Aníbal Escalante como el sectario que aniquiló el movimiento revoucionario cubano. La coartada era perfecta: no fue Fidel Castro sino Aníbal Escalante. Por lo tanto, como Aníbal y el PSP han realizado semejante crimen, Fidel tiene que liquidar a todos los comunistas que no se le entreguen de manera incondicional y lo reconozcan como el máximo líder de su revolución unipersonal".

Antes de terminar, una anécdota. El martes 12 de mayo de 1986 fui recibida por Fidel Castro en su despacho del Palacio de la Revolución, lo cuento en mi libro Periodista, nada más, que puede leerse en mi blog. El encuentro duró cerca de una hora. Cuando salí, crucé la avenida Rancho Boyeros, me dirigí a la calle 20 de Mayo y al llegar a Pedroso doblé y cuatro cuadras más arriba, en San Joaquín, subí hasta el apartamento de una familia que conocía desde que nací. Ellos fueron los primeros en enterarse de que había hablado con Fidel Castro.

Después del pormenorizado relato, quisieron saber cómo daba la mano. “Tiene la mano suave y la da flojito, lo que es decepcionante para alguien rodeado de tanta aureola de poder. Uno espera que una persona así dé un apretón fuerte, con otra energía", les dije. Y mientras tomaba el café que me brindaron, me acordé que mi padre me había dicho que Fidel Castro era un "putschista". Y si era "putschista", ¿por qué no daba la mano con fuerza?

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