Los productores de la comedia satírica de Showtime "House of Lies" tenían tres millones de dólares y una misión: filmar el primer episodio de un programa de televisión estadounidense en Cuba en más de medio siglo.
Cuando quedaba una semana de filmaciones en las caóticas calles de La Habana, el director Matthew Carnahan les dijo a los empleados cubanos que no podrían tomarse la hora del almuerzo completa porque necesitaban ganar tiempo.
"Eso no va a funcionar", le respondió su asistente. "Aquí no almuerzas a las corridas".
Los trabajadores se tomaron todo su tiempo para comer. Y la filmación con Don Cheadle y Kristen Bell como protagonistas se completó la semana pasada, en el marco del inusitado interés que hay hoy en Cuba, el cual podría hacer de esta nación comunista un destino frecuente para las películas de Hollywood o diluirse rápidamente debido a las dificultades con que tropiezan estos proyectos en la isla.
Los productores de "House of Lies" y de otros proyectos realizados en Cuba dijeron que el embargo comercial dispuesto hace 55 años era el mayor obstáculo para que la industria del entretenimiento estadounidense pudiese aprovechar los paisajes tropicales de la isla. Pero numerosos elementos de la propia Cuba podrían hacer que no se filme con tanta frecuencia en la isla.
"Hay muchas cosas dando vueltas", dijo Carnahan. "El que Cuba sea un escenario viable más que una novedad dependerá de los dos países".
El gobierno cubano exige aprobar los guiones y acepta solo las producciones que hacen quedar bien al país. Los vuelos chárter desde Estados Unidos, por otro lado, no son demasiado confiables, aunque se supone que pronto habrá vuelos regulares.
Hay tan pocos hoteles de calidad internacional que es común que se suspendan filmaciones porque no alcanzan las camas para los actores y el personal de una cinta. Las estrellas de "House of Lies" cuentan que a veces no había sábanas y que las almohadas eran muy delgadas en el hotel donde se alojaron, y que no contaron con muchas de las cosas habituales cuando se filma en la calle.
"No tuvimos trailers, que es algo que disfrutamos mucho, porque la producción se hace con lo mínimo indispensable", expresó Bell, la estrella de la serie de detectives para adolescentes "Veronica Mars" y quien da su voz a la princesa Ana en la exitosa cinta "Frozen". "Nuestra sala de reuniones es generalmente la casa de alguien. Lo único que hacemos es caminar, ir de compras y sentarnos con la gente. Te sientas y conversas con ellos".
En esas condiciones trabajan actores y un personal que los productores de "House of Lies" describen como muy preparado y capacitado. A los estadounidenses les encantó además la idea de tener de fondo los edificios coloniales y Art Deco, la mayoría de ellos muy deteriorados por años de abandono, a pesar de que el corazón de La Habana Vieja está siendo cuidadosamente restaurado.
"No importa en qué dirección apuntas la cámara, das con el sitio más fotogénico que jamás has visto", dijo Carnahan.
"House of Lies" se centra en un equipo de consultores administrativos despiadados que viajan por el mundo ganando fortunas a costa de clientes tan ambiciosos como desventurados, que dirigen grandes empresas.
A mediados del año pasado, mientras los guionistas tramaban la quinta temporada, se dieron cuenta de que el enorme interés que hay por hacer negocios en Cuba era un tema natural para la serie.
"Vienen pensando que si pueden ser los pioneros que logran hacer los negocios que tienen en mente en Cuba, se apuntarán una victoria única", comentó la productora ejecutiva Jessika Borsiczky. "Vienen a disponer cómo se van a hacer los negocios en Cuba".
En el guión, que fue revisado y aprobado por el gobierno cubano, el jefe de los consultores Marty Kaan y su equipo terminan comprendiendo lo equivocadas que están sus fórmulas ultracapitalistas.
"Estando aquí cambian totalmente sus puntos de vista y se dan cuenta de que hay que cambiar muchas cosas en Cuba y no solo aprovecharse" de la isla, dijo Borsiczky.
Las autoridades cubanas no respondieron a pedidos de entrevistas sobre este tema. Pero cubanos de la calle que vieron la filmación de "House of Lies" dijeron sentirse felices de ver a artistas estadounidenses trabajando en La Habana.
"Es algo extraño, pero bueno", afirmó Hilga Jiménez, fumigadora de 58 años que trabaja en una compaña contra los mosquitos que propagan enfermedades.
"Ellos se quieren acercar a nosotros y nosotros nos queremos acercar a ellos, y así sabemos la cultura de cada uno. Así se va conociendo, se va relacionando, se va sabiendo", señaló Jiménez.