Una flotilla organizada por exiliados cubanos en Miami llegará el sábado a 12 millas náuticas de La Habana para lanzar fuegos artificiales, en conmemoración del vigésimo aniversario del hundimiento de un remolcador que huía de la isla y que dejó 37 muertos.
La flotilla "Democracia Luces de Libertad", que tiene hasta ahora tres embarcaciones confirmadas, se estacionará en aguas internacionales a 22 km de la capital cubana, donde los organizadores esperan que se vean los fuegos artificiales.
Queremos "recordarle al mundo que todavía permanece impune esta masacre, en la cual fueron asesinados niños, mujeres y hombres a bordo del remolcador '13 de marzo' por meramente querer escapar hacia la libertad desde Cuba", dijo a la AFP Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, promotor de la flotilla.
El remolcador se fue a pique la madrugada del 13 de julio de 1994 unos 45 minutos después de dejar la isla rumbo a Estados Unidos con casi 70 personas a bordo, cuando otros barcos lo interceptaron, embistieron y atacaron con chorros de agua a presión, según los sobrevivientes.
El gobierno cubano ha mantenido que el hecho, en el que murieron 37 personas, diez de ellas niños, fue un accidente, mientras que los exiliados culpan a La Habana y aseguran que el propósito era hundir al remolcador como escarmiento.
Sánchez, líder del grupo anticastrista de Miami, ciudad de Florida (sureste de Estados Unidos) donde reside la mayor parte de la diáspora cubana, garantizó que la flotilla será pacífica y evitará aguas territoriales de la isla de régimen comunista, que carece de relaciones con Washington desde hace más de medio siglo.
Movimiento Democracia ya ha organizado una veintena de protestas similares, sin mayores incidentes, salvo en la primera en 1995, cuando sí ingresaron en aguas cubanas, recordó Sánchez.
Representantes de la organización en la isla, que están alentando a la gente a que acuda al malecón de La Habana con velas, han sido arrestados y hostigados, denunció.
El gobierno cubano tacha estas flotillas de "provocación" y a Sánchez de "terrorista" con patente de corso de Washington.
El evento tendrá "un gran significado" porque recordará al mundo la tragedia, indicó a la AFP Jorge García, uno de los familiares de los fallecidos que viajará con la flotilla.
García, quien perdió a catorce familiares en el hundimiento del "13 de marzo", está convencido de la culpabilidad del Gobierno castrista. "Detrás de esto estaban los militares. (...) En Cuba no se puede hacer nada sin autorización del régimen", subrayó el cubano de 69 años.
No viajó en el remolcador ese día, recuerda García, para ceder el puesto a familiares jóvenes. Uno de sus hijos, un nieto, cinco sobrinos y varios de sus primos fallecieron. Años más tarde, logró llegar a Estados Unidos.
La flotilla zarpará de Cayo Hueso (extremo sur de Florida) la mañana del sábado, para cruzar los 150 km del estrecho de la Florida hasta Cuba en unas ocho horas, según el estado del tiempo, indicó Sánchez.
Los fuegos artificiales serán disparados al caer la noche del sábado, para que puedan ser vistos en La Habana, desde donde se han observado en protestas anteriores.
Patrulleros de la guardia costera estadounidense vigilarán a la flotilla para garantizar que no ingrese a aguas cubanas, explicó Sánchez, quien mantuvo reuniones previas con representantes de los departamentos norteamericanos de Estado y Justicia.
"Ellos no auspician por supuesto un acto como este, ni mucho menos, pero han expresado que respetan nuestro derecho a la libre manifestación", dijo.
Otros grupos que abogan por la democracia en Cuba han convocado para este jueves actos para conmemorar la tragedia frente a la sección de intereses cubana en Washington y la sede de la misión permanente en la ONU, donde guardarán 20 minutos de silencio.
La flotilla tiene como objetivo también rechazar los "precios inflados" que cobra Cuba por viajar, llamar y enviar remesas de Estados Unidos a la isla, que le reportan entre 1.500 y 2.500 millones de dólares anuales a La Habana, según el Movimiento Democracia.
En Washington D.C un grupo de activistas cubanos protestaron frente a la Oficina de Intereses de Cuba, con pancartas recordando la tragedia.