El jefe de la Policía de Kandahar, general Abdul Raziq, y el jefe de la Inteligencia, Mumin Hussainkhil, murieron hoy en un ataque perpetrado por un "infiltrado" en un complejo gubernamental de Kandahar, y del que salió ileso el comandante de la OTAN, teniente general Austin "Scott" Miller.
En el ataque también murió al menos una persona más y cuatro
resultaron heridas cuando el "infiltrado", identificado como Gulbadin y que trabajaba como guardaespaldas del gobernador provincial, abrió primero fuego contra Raziq cuando varias autoridades afganas y de la OTAN, que acababan de participar en una reunión, se dirigían hacia el helipuerto, explicó a los periodistas el jefe del Ejército, general Sharif Yaftali.
"Ocurrió a las 15.30 (11.00 GMT) cuando un insurgente que estaba ya en su puesto atacó. En este ataque, murieron el valiente general Abdul Raziq, jefe de la Policía de Kandahar, y el general Mumin Hussainkhil, director provincial del Directorio Nacional de Seguridad (NDS)", señaló en rueda de prensa el viceministro del Interior, Akhtar Muhammad Ibrahimi.
La ONG por los derechos de los periodistas Nai afirmó en un comunicado que en el ataque también pereció un reportero, identificado como Salim y que estaba cubriendo la reunión para la cadena Kandahar State TV.
La misión de la OTAN en Afganistán, Apoyo Decidido, confirmó en su cuenta de Twitter que tres estadounidenses resultaron heridos por el fuego cruzado y que Miller salió ileso, al tiempo que insistió en que, de acuerdo con la información inicial, se trató de una acción de "afganos contra afganos".
También resultó herido el portavoz del gobernador, Aziz Ahmad Azizi.
En la última década, Raziq, el jefe policial más influyente en el sur de Afganistán, ocupó varios cargos en las filas de las fuerzas de seguridad, principalmente como jefe de la Policía Fronteriza de Kandahar y jefe policial provincial.
Considerado "clave" en la lucha contra los talibanes en la conflictiva provincia, no sólo gozaba de influencia en Kandahar, cuna del movimiento talibán, si no que en muchas ocasiones era desplegado en las vecinas Uruzgan, Zabul o Helmand cuando los problemas de seguridad lo requerían.
Raziq sobrevivió en los últimos años a cerca de una veintena de ataques suicidas, atentados armados y detonaciones de artefactos explosivos improvisados (IED, en inglés).
Se trata de una figura poderosa pero controvertida, acusada de torturar a sus prisioneros y conocida por su brutalidad en la lucha antiterrorista, a la que organizaciones humanitarias pidieron echar de su puesto en diferentes ocasiones.
A principios de 2017, un ataque contra el complejo del gobernador de Kandahar causó la muerte de doce personas, entre ellas cinco
diplomáticos y el embajador de Emiratos Árabes Unidos (EAU) en Kabul, Yumaa Mohamed Abdalá al Kaabi, que falleció semanas después a causa de sus heridas.
Entre los heridos en la acción, de la que los talibanes se desvincularon a pesar de las acusaciones de las autoridades afganas, estuvo el entonces gobernador de la provincia, Homayoon Azizi.
(Con información de la agencia EFE)