Bella, moderna y con mucha energía, Gloria Álvarez (29 años) apareció por un corredor del hotel donde se aloja en Miami y fue rápidamente identificada por un equipo de Martí Noticias que la esperaba. Acababa de bajar del avión prácticamente pero no dudó en conceder una larga entrevista con este medio. Generosa es, sin dudas, pero hay algo más que le conectó con nosotros. Su origen cubano le persigue como una sombra que algún día dejará de ser sagrada para convertirse en palpable. A juzgar por su corta edad, quisiéramos pensar que los tiempos que corren le ayudarán con el encuentro definitivo con Cuba.
Su padre, un cienfueguero que salió de la isla de pequeño, no se atreve a volver ni de visita. Paranoias aparte (¿qué cubano no las tiene?), hay una verdad como una catedral: Esta politóloga guatemalteca está sosteniendo un discurso contra el populismo que no gusta mucho a los países del eje "bolivariano", el sistema latinoamericano de estilo comunista diseñado y promovido desde La Habana.
¿Ir sola, sin su padre, a conocer el país caribeño sería una posibilidad?
Gloria no tiene miedo y lo da como posible, pero nunca iría a cancunear (es un verbo que se inventa para referirse al turismo de balneario como el acude a Cancún, México).
Para poner un ejemplo: Gloria ha sido asaltada varias veces en las calles de su país, uno de los más inseguros de América Latina, pero así y todo continúa sola por el entramado urbano, hacia la radio donde trabaja y hacia los espacios de debate que se presenten en su camino. Se ha enfrentado en alguna ocasión a los delincuentes. ¿Alguna estrategia a seguir?
"No conduzcas un automóvil demasiado moderno. Yo voy en uno de 1992", dice a los periodistas.
Su origen húngaro por parte de madre le otorga una fisionomía poco común en Guatemala (ojos azules grandes, piel blanca y nariz aguileña), pero Gloria no va de estrella de cine ni mucho menos. Su camino es la política –no niega perfilarse en ese sentido–, con la esperanza en que los jóvenes latinoamericanos puedan apuntalar su autoestima, utilizando las nuevas tecnologías. Su tesis es la siguiente:
"Ningún presidente del área hará nada por alimentar la autoestima de los jóvenes. Solo espero que los que viven aquí en los Estados Unidos puedan regresar un día y mostrar a sus semejantes que hay que respetar los semáforos y pagar los impuestos. En Miami, por ejemplo, hay inmigrantes de toda Latinoamérica. En nuestros países se nos ha enseñado que fracasar es una mala palabra, cuando no debería ser así. Confiemos en las nuevas tecnologías".
Comunicadora por excelencia, apasionada del contacto directo con la gente, Gloria Álvarez fue invitada por el Miami Dade College (campus del Downtown) a impartir su conferencia República 2.0, que tendrá lugar este viernes 30 a las 6:00 p.m. Ella conoce esta ciudad, pero siempre está bien volver por la calidad del contacto cubano que se consigue aquí.
¿En qué basa su conferencia?
"Buscamos un conversatorio con el señor Carlos Alberto Montaner, cubano, escritor y político del exilio. Aquí voy a exponer algunos de los puntos de las conferencias que he estado impartiendo en Argentina, Uruguay, Nicaragua y El Salvador, acerca de por qué tuvieron lugar algunos procesos que ahora nos llevan al populismo. Queremos explicar por qué la república es la respuesta al populismo. También hablar un poco del daño psicológico que el populismo causa. Buscamos un intercambio de ideas con personas que están aquí en Miami, personas comprometidas con el rescate de sus países, que puedan ayudar a buscar nuevos caminos".
La estirpe de Barquito de papel
Gloria ya no tiene familia en Cuba. Todos se han ido (una parte a Arizona) o han muerto. Como suele ocurrir, es fruto de una familia cubana dividida por la política.
"El tío Tony era el único que quedaba allá y se marchó de Cuba hace tres años. Pero mi abuela siempre me contó del régimen, las barbaridades que hizo, las expropiaciones. Tuve una tía abuela comunista que murió en trágicas circunstancias. Se suicidó. Su nombre, Celia Torriente, tal vez no dice mucho, pero una canción que compuso forma parte de la cultura nacional. Barquito de Papel".
Es muy probable que su padre ya no regrese, a menos que haya una amnistía general a partir de las negociaciones que lleva a cabo ahora el Gobierno norteamericano con el de la isla. Su padre tiene el miedo metido en el cuerpo y eso es fácil de entender. Piensa que todavía lo estarán buscando. El abuelo paterno de Gloria era el representante de la Nestlé en Cuba. De allí salió a principios de los años 60. Las culturas populares se pasan de generación en generación, de ahí que Gloria confiese: "Me muero por ir a Cuba… Pero tengo bien claro que los quebrantos entre las familias no te los cura nadie".
¿Y qué hacer con el liderazgo de opinión que un día tocó a su puerta a raíz de la conferencia sobre el populismo en un foro de Zaragoza?
"Ese video pasará de moda", responde rápido.
Ella lo tiene claro: La fama es lo menos importante en su vida.