China restringió el domingo el acceso ya reducido a la Plaza de Tiananmen, en el centro de Beijing, por el aniversario de las protestas prodemocracia de 1989.
En Hong Kong, que había sido el último territorio bajo control chino donde se produjeron actos conmemorativos, la policía detuvo al menos a dos manifestantes la víspera del aniversario en el Parque Victoria.
En ese gran espacio público se celebró la última vigilia con velas en memoria de los cientos de miles de muertos cuando tanques militares y soldados de infantería se abatieron sobre el centro de Beijing la noche del 3 de junio y la madrugada del 4 de junio de 1989.
El debate sobre lo sucedido está perseguido desde hace mucho en China y se ha visto cada vez más reprimido en Hong Kong tras la aprobación de una amplia ley de seguridad nacional impuesta en junio de 2020, y que en la práctica prohíbe cualquier acto de recuerdo.
Aún se desconoce cuántas personas murieron en la represión de 1989, y el Partido Comunista, que gobierna China, acosa de forma continuada a las personas que intentan mantener con vida el recuerdo de lo sucedido tanto dentro como fuera del país.
En Beijing se veían medidas de seguridad adicionales en torno a la Plaza de Tiananmen, que ya tenía desde hacía mucho controles de seguridad donde se identifica a todos los que entran.
Los que pasaban a pie o en bicicleta por la Avenida Changan, al norte de la plaza, también recibían el alto y eran obligados a mostrar una identificación. Los que tenían visas de periodista en sus pasaportes eran informados de que necesitaban autorización especial incluso para acercarse a la zona.
Aun así se veían masas de turistas visitando el emblemático lugar, con cientos de personas en fila para entrar en la plaza.
Antes del aniversario, un grupo de madres que perdieron a sus hijos en la represión en Tiananmen y que reclaman compensaciones emitieron un comunicado reiterando su petición de "verdad, compensación y rendición de cuentas".
Human Rights Watch ha pedido al gobierno chino que admita su responsabilidad en la muerte de manifestantes prodemocracia.
"El gobierno chino sigue eludiendo la responsabilidad por la Masacre de Tiananmen de hace décadas, lo que ha alentado su detención arbitraria de millones de personas, su grave censura y vigilancia y sus esfuerzos por socavar los derechos a nivel internacional", afirmó en un comunicado Yaqiu Wang, investigador de alto nivel sobre China en Human Rights Watch.
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