El Gobierno de los Estados Unidos admitió este martes que se enfrenta a una crisis en el suministro de combustible en ciertas zonas tras un ciberataque contra la mayor red de oleoductos del país, pero aclaró que no hay escasez de gasolina.
Por eso, el Gobierno pidió a los consumidores que no acumulen carburantes y a los vendedores que no aprovechen este momento para especular.
"No es que tengamos escasez de gasolina, lo que tenemos es escasez de suministro. Las cosas volverán a la normalidad pronto", afirmó la Secretaria de Energía, Jennifer Granholm, en una conferencia de Prensa en la Casa Blanca.
Granholm trató de calmar así temores a un desabastecimiento, después que Colonial, la empresa que provee el 45 % del combustible para la costa Este de los Estados Unidos, interrumpió sus operaciones tras haber sido objeto de un ciberataque con un "ransomware", programa que bloquea el acceso a la información, a cambio del pago de una recompensa para liberarlo.
El FBI investiga el ataque cibernético a la infraestructura energética del país.