El reloj marcaba las 8 y 10 de la mañana en la escuela Chiqui Hernández, en la confluencia de las calles, Calzada y H, en el Vedado, frente al Instituto de Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Sobre la tarima, una niña de diez años vestida de uniforme y pañoleta distintiva de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), comenzó a leer un documento encabezado “Pioneros y pioneras cubanos. Compatriotas”.
En cuanto comenzó a leer, un sentimiento de malestar se sintió entre los padres. La inocente niña leía… “En estos momentos se cuentan por cientos los niños palestinos asesinados o mutilados en la barbará agresión a Gaza perpetrada por el régimen sionista de Israel. Esos pequeños ven con horror como sus casas, escuelas y hospitales son bombardeados, como mueren sus familiares y amigos, bajo los cohetes invasores”. Y mientras continuaba la lectura más se molestaban los padres ante la mirada distraída del metodólogo municipal de educación, encargado de la inauguración del Curso escolar 2014-2015. “El mundo condena la agresión a pesar del permanente apoyo norteamericano a los matones”.
La madre de una niña de quinto grado, miró contrariada a su compañera de trajines escolares y le dijo, habría que ver esto, a quien se le ocurre hablar de guerra y muerte el primer día de clases. Otra mujer, una negra que llevaba en el pelo el mismo glaseado que había hecho a su hija de quinto grado, también indignada, no podía comprender lo que pasaba mientras a la niña que leía desde la tarima, se le iba opacando la voz, ante el murmullo de desaprobación.
“Se equivocan quienes pretenden destruir la justicia con violencia.- continuaba la niña- Se equivocan los imperialistas otra vez, cuando apuestan a que seamos las nuevas generaciones las que destruyamos la obra gloriosa de la revolución cubana”.
El público adulto ya no atendía lo que decía la infeliz niña, mientras los condiscípulos formados en hileras por genero y grado, se entretenían mirando hacia los lados y al final de la formación una de las niñas más alta del aula se estiraba la saya nueva, y en preescolar un varoncito estornudaba fuerte, ante la mirada complaciente de la madre.
“Nosotros estudiamos, intentar la subversión con nosotros es por gusto. – no se detenía el discurso, quizás por inercia infantil. -Ningún yanqui fraudulento nos puede engañar con esas redes que usan teléfonos celulares o jóvenes viajeros”, para sonsacarnos, sabemos que el capitalismo ya quedó en el pasado hace 50 años y que el futuro es socialista o no hay futuro. La juventud patriótica trabaja, lucha y se empina”.
Ya el patio de la escuela, donde aun había sombra, finalizaba la lectura del texto. “Iniciemos un nuevo curso de aulas llenas, las mujeres y hombres del futuro cubano nos preparamos conscientes de que a pensamiento es la guerra que se nos hace y tenemos que ganarla a pensamiento. Aquí tenemos nuestros líderes jóvenes y revolucionarios, sabemos reír y amar, sabemos lo que aquellos prepotentes del norte no saben. Por eso afrontamos la guerra inculta del capitalismo con nuestras propias armas culturales asumimos las nuevas tecnologías con el ejemplo de nuestros cinco héroes invencibles, apostamos por una mañana que construimos desde hoy”.
Molestos ante la lectura de tal documento varios padres intentaron recuperar el documento y se les dijo que no se les podía dar, no obstante un padre pudo hacerle una fotografía con su teléfono y constato que el documento no estaba firmado ni encabezado por nadie. Sin embargo para poder ser leído en las escuelas de todo el país. La fuente debía ser le Presidencia de la OPJM, en conjunto con el Ministerio de Educación y la oficina de la Ministro Ena Elsa Velázquez
Luego de la lectura un par de niñas hizo una presentación danzaría y ante la molestia entre los padres, el metodólogo municipal decidió que los niños fueran lo más rápido posible para las aulas. Pero el malestar continuaba.
Madres y padres se quejaban del discurso de guerra, y el papa de un varón de sexto grado comentó que esperaba que en este día, se hablara del futuro, del estudio, de la oportunidad de aprender y de entrar en el mundo de la ciencia y la técnica, y no de la “bazofia ideológica” en que convirtió aquello.
Preguntado al respecto, Wilfredo Vallín, abogado, traductor, profesor y Presidente de la Asociación Jurídica Cubana, apuntó al férreo control ideológico que se mantiene sobre niños y jóvenes, a través de las estructuras del partido y la juventud comunista. Mientras el colega León Padrón Azcuy, respondió indignado, “es un texto aberrante, que manipula la historia del pueblo de Israel y una manipulación de la información a todas luces vergonzosa, es un mensaje de muerte para los niños.
La directora de la escuela, Chiqui Hernández, al ser cuestionada, no quiso comentar el tema.