Debajo de la capa de hielo, lejos de los pingüinos juguetones y de otros animales que atraen a los turistas a la Antártida, hay un mundo frío e inhóspito en el que no debería haber el menor asomo de vida, según todo parece indicar en la Isla de la Decepción.
Pero los científicos que investigan los hielos que se derriten observaron recientemente un pez de 15 centímetros (medio pie) que nadaba en el subsuelo. Poco después, vieron criaturas que parecían camarones.
En sectores más remotos todavía del continente blanco, en zonas a las que no llega la luz del sol desde hace millones de años, los científicos han encontrado una sorpresa digna de una película de extraterrestres: el ADN de una criatura microscópica que parece una combinación de oso, manatí y ciempiés.
Es una zona que está totalmente a oscuras, a mil kilómetros (600 millas) del océano más cercano y con apenas 75 centímetros (30 pulgadas) de agua líquida debajo del hielo. La temperatura del agua es de -2 grados Celsius (28 grados Fahrenheit), pero su salinidad impide que se congele.
Los científicos encendieron las cámaras y quedaron anonadados al ver un pez delgado y casi traslúcido, que daba vueltas y a veces parecía estar jugando con la cámara. También asomaron unas criaturas de caparazón anaranjado llamadas anfípodos.
En este ambiente extremo prosperan formas de vida que son normales y extrañas, sencillas y complejas al mismo tiempo. A los científicos que desafían el frío y la distancia para encontrar vida en el hielo, todo esto los sorprende y los maravilla. Para los expertos en formas extremas de vida, es un testimonio del poder de la evolución.
"Realmente demuestra lo tenaz que es la vida", comentó Reed Scherer, profesor de micropaleontología de la Northern Illinois University. Añade que "las posibilidades van más allá de nuestras predicciones".
Los científicos observan criaturas halladas en la inhóspita Antártida y se preguntan: Si la vida puede sobrevivir aquí, ¿por qué no en Marte o en las lunas heladas de Júpiter y Saturno, donde hay agua debajo de la superficie helada?
"No hay que ser un genio para ver a nuestro alrededor y observar lo inhóspito que es este ambiente", expresó la bioquímica Jenny Blamey, señalando hacia las montañas de granito negro cubiertas de hielo que la rodean en la isla Decepción. Lucía un abrigo tipo parka rojo con una capucha negra que agitaba el viento. Al hablar, los anteojos se le humedecieron y se formaron gotas de agua.
La Isla Decepción es un cráter volcánico frente a la Península Antártica que albergó a balleneros a comienzos del siglo XX. Fue evacuada hace muchos años luego de varias erupciones.