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Hongo podría frenar avance del dengue y la chinkunguña


Un hombre con síntomas de la fiebre del Chikungunya recibe atención médica en un hospital de Santo Domingo. La fiebre del Chikungunya, es una enfermedad viral provocada por la picadura del mosquito, el mismo que transmite el dengue, el cual se caracteriza
Un hombre con síntomas de la fiebre del Chikungunya recibe atención médica en un hospital de Santo Domingo. La fiebre del Chikungunya, es una enfermedad viral provocada por la picadura del mosquito, el mismo que transmite el dengue, el cual se caracteriza

El dengue se ha multiplicado casi cinco veces en los últimos diez años en América Latina hasta llegar a 2,3 millones de afectados en 2013.

Científicos argentinos hallaron un hongo, adaptable a múltiples hábitat, que destruye las larvas de los mosquitos transmisores del dengue y la chicunguña, dos epidemias virales sin vacunas comerciales y cuyo control se basa en la prevención.

Este hongo, denominado Leptolegnia chapmanii, puede sobrevivir en aguas turbias o cristalinas, con distintos PH, a temperaturas variables y es cultivable a bajo costo por lo que aparece como una prometedora arma biológica.

Su poder mortífero probó ser efectivo en larvas de 15 especies de mosquitos, entre ellas las del Aedes Aegypti y Aedes Albopistus, vectores del dengue, una enfermedad viral tropical que puede llegar a ser mortal en su variante hemorrágica y es endémica en muchos países.

Estos mosquitos también son responsable de la propagación de la fiebre chicunguña, declarada en julio como epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tildó de "grave" la situación en las Américas, donde se reportaron unos 5-mil casos.

"Buscamos un insecticida biológico capaz de ser formulado para el control de la propagación", explicó a la AFP Juan García, doctor en Ciencias Naturales a cargo de la investigación de la Universidad Nacional de La Plata, en la que participan otros ocho científicos argentinos y un colombiano.

El hallazgo se produjo cuando se hacían trabajos de campo sobre microorganismos que se reproducen en aguas estancadas en la periferia de la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de la capital federal, sede del estatal Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPaVe) que dirige García.

Pese a que este hongo asesino aparece como una llave mágica para acabar con ambas enfermedades, los científicos alertan que tienen por delante la etapa más difícil del proceso: la de hallar una fórmula para convertir el hongo en un insecticida biológico a gran escala.

Añade que "estamos en la etapa de lograr formularlo en algún sustrato líquido o sólido que pueda ser incorporado a un envase, colocado en agua, y que sea capaz de mantener su poder en igual potencia entre seis meses o un año, donde el hongo se desarrolle y elimine las larvas potenciales."

El estudio sugiere que "nuestra tarea es buscar enemigos naturales para tratar de reducir el uso en el mundo de los insecticidas artificiales", explica el científico. No existen aún ningún tratamiento específico o vacuna homologada para combatir el dengue o el chincunguña.

Con síntomas similares, el dengue se ha multiplicado casi cinco veces en los últimos diez años en América Latina hasta llegar a 2,3 millones de afectados en 2013, aunque su mortalidad se redujo, según la Organización Panamericana de la Salud.

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