El Hospital Infantil Norte "Dr. Juan de la Cruz Martínez Maceira", de Santiago de Cuba, dispuso nueve salas para brotes diarreicos, tres de ellas exclusivamente para niños enfermos de cólera , aseguró el periodista independiente Walter Clavel Torres en el programa Cuba al Día, de Radio Martí.
Las salas han sido cerradas herméticamente, de modo que el pequeño y su acompañante no pueden salir ni recibir alimentos o ropa del exterior hasta que el enfermo es dado de alta, nunca antes de una semana, detalló el periodista de la agencia noticiosa APLOPRESS.
Clavel Torres vivió está situación de cerca, cuando esta semana su hijo de 2 años fue ingresado en este centro de salud ante la sospecha de cólera, y permaneció en él por varios días, a pesar de que los exámenes médicos determinaron que no padecía esa enfermedad.
“Los médicos no te dicen nada. En ningún momento los médicos hablaron con nosotros, que éramos los padres, para decirnos que íbamos a ser llevados a otro hospital; solamente nos enteramos cuando nos dijeron: súbanse en la ambulancia que tienen que ir para otro hospital", contó Clavel Torres sobre el momento en que trasladaron a su hijo a este hospital destinado a los casos de cólera.
El periodista insistió en la insalubridad de las salas, con un baño para 60 personas, contando el paciente y su acompañante. La esposa de Clavel Torres, quien permaneció con su hijo en la sala para brotes diarreicos, contó que la comida ofrecida a los acompañantes fue “plátano burro” hervido y chícharos, y para los niños: pollo, arroz, sopa y leche “aguada”.
El reportero criticó la violación de la cuarentena por trabajadores del hospital, quienes introducen clandestinamente confituras para venderlas a los padres acompañantes, a pesar de la fuerte vigilancia desplegada en la entrada del hospital para evitar que entren alimentos o artículos de uso personal contaminados.
Los casos que llegan con sospecha de cólera son dirigidos a una entrada dispuesta únicamente con ese fin, custodiada por cuatro agentes de la seguridad del hospital, quienes registran a todo el que entra o pasa algún paquete a sus familiares.
Clavel Torres mencionó además las protestas de muchos médicos ante el silencio oficial, pues en su opinión es necesario declarar públicamente la cuarentena.
Las salas han sido cerradas herméticamente, de modo que el pequeño y su acompañante no pueden salir ni recibir alimentos o ropa del exterior hasta que el enfermo es dado de alta, nunca antes de una semana, detalló el periodista de la agencia noticiosa APLOPRESS.
Clavel Torres vivió está situación de cerca, cuando esta semana su hijo de 2 años fue ingresado en este centro de salud ante la sospecha de cólera, y permaneció en él por varios días, a pesar de que los exámenes médicos determinaron que no padecía esa enfermedad.
“Los médicos no te dicen nada. En ningún momento los médicos hablaron con nosotros, que éramos los padres, para decirnos que íbamos a ser llevados a otro hospital; solamente nos enteramos cuando nos dijeron: súbanse en la ambulancia que tienen que ir para otro hospital", contó Clavel Torres sobre el momento en que trasladaron a su hijo a este hospital destinado a los casos de cólera.
El periodista insistió en la insalubridad de las salas, con un baño para 60 personas, contando el paciente y su acompañante. La esposa de Clavel Torres, quien permaneció con su hijo en la sala para brotes diarreicos, contó que la comida ofrecida a los acompañantes fue “plátano burro” hervido y chícharos, y para los niños: pollo, arroz, sopa y leche “aguada”.
El reportero criticó la violación de la cuarentena por trabajadores del hospital, quienes introducen clandestinamente confituras para venderlas a los padres acompañantes, a pesar de la fuerte vigilancia desplegada en la entrada del hospital para evitar que entren alimentos o artículos de uso personal contaminados.
Los casos que llegan con sospecha de cólera son dirigidos a una entrada dispuesta únicamente con ese fin, custodiada por cuatro agentes de la seguridad del hospital, quienes registran a todo el que entra o pasa algún paquete a sus familiares.
Clavel Torres mencionó además las protestas de muchos médicos ante el silencio oficial, pues en su opinión es necesario declarar públicamente la cuarentena.