Con la política de la Perestroika y el Glasnots en la URSS, jóvenes dirigentes húngaros vieron la posibilidad de quitar el poder a Janos Kadar, quien apoyó en 1956 la intervención soviética.
En mayo de 1988 Kadar deja de ser el jefe del partido comunist húngaro, y entre los reformistas del Buró Político sabresalía Imre Pozsgay, quien en enero de 1989 calificó la sublevación de 1956 como "protestas populares" y no actos contrarrevolucionarios como había acuñado la historiografía oficial. También abogaba por echar abajo el Muro de Berlín.
Al frente del gobierno estaba el economista Miklos Nemeth. Ya para 1989 tenían suficientes motivos para acelerar las reformas.
En enero de 1989, el parlamento aprobó una ley que permitía la libertad de expresión y organización, permitiendo la creación de partidos políticos, abandonando el monopolio del poder. El Comité Central del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH) tuvo que aceptar el pluripartidismo en la nación.
En marzo retiran la estrella roja de la bandera y colocan la corona de San Esteban.
En la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, aprobaron, en ese marzo, una resolución pidiendo un relator que investigara las violaciones a los derechos humanos en Rumania, su vecino estado totalitario. Viene el fin de la censura en los medios de prensa húngaros para inicios de abril.
Tanto Rezso Nyers como Poszgay Nemeth no temían decir en público que buscaban una economía de mercado, y que estaban desmantelando la planificada, que deseaban ser neutrales y no militar en el Pacto de Varsovia, por lo que se debía retirar las tropas soviéticas y las armas nucleares que tenían en Hungría. Las tropas soviéticas, de acuerdo con las autoridades de Budapest, comienzan la retirada del país.
En Hungría enfatizaban que el comunismo no había funcionado, que era un obstáculo para el progreso y había que terminar con esa ideología estatal.
Se instala una mesa redonda donde participan recién creados grupos democráticos como Foro Democrático, Unión Demócrata Libre, Unión de Jóvenes Demócratas Libres y el Partido Socialista Obrero de Hungría, en el poder.
Argumentando problemas de economía fiscal, el 2 de mayo se anuncia el desmantelamiento de las alambradas de púas en la frontera con Austria.Ese fue el primer gran tirón a la Cortina de Hierro. Los cancilleres de Hungría y Austria cortaron trozos de alambrada, de forma simbólica, para dar paso a sus ciudadanos, al tiempo que en Budapest aclararon que no detendrían a los germanos orientales en la frontera recién abierta.
La oposición se polariza, exigiendo cambios en el sistema electoral y en la forma de elegir presidente. Se desintegran las llamadas Milicias Obreras, brazo paramilitar de los comunistas.
El 6 de junio la Corte Suprema exoneró de los cargos por los que había sido juzgado, condenado y ejecutado el ex premier comunista Imre Nagy. Diez días más tarde, el 16, se le dio sepultura a quien simbolizaba la rebelión húngara contra la intervención soviética en 1956. A treinta años exactos del día de su ejecución,en la Plaza de los Héroes expusieron el ataúd y allí, rindiendo honor, estaban Pozsga, Nyers y Nemeth.
Para el verano de 1989, 150 mil de alemanes orientales habían ido a parar al lago Balaton, en Hungría, supuestamente a pasar las vacaciones. Aprovechan la brecha en la frontera húngaro-austriaca para terminar en Alemania Occidental. Los húngaros organizaron entonces el Picnic Pan Europeo, que comenzó el 19 de agosto en Sopron, en la frontera con Austria. Los alemanes orientales cruzaban a Austria dejando literalmente sus autos Trabants y Wartburgs con las llaves en el encendedor y una nota en el cristal – El dueño no retornará. Para septiembre ya unos 40 mil había cruzado la frontera, en lo que se conoce como El Gran Escape.
El 23 de octubre de 1989 el parlamento eliminó el término de popular del nombre del país y pasó a ser República de Hungría - Magyar Köztársaság. En octubre de ese año el propio partido comunista se autodisuelve y ya el multipartidismo, presente en la vida política comienza a tomar el pulso con gobiernos de coalición y pactos políticos.
Por esos días los comunistas realizan su último congreso, los comunistas húngaros cambian el nombre de la agrupación por Partido Socialista Húngaro, afiliándose a la socialdemocracia. Pensaban obtener la victoria en las venideras elecciones legislativas, pero sus pronósticos no se cumplieron, pues ellos mismos desmantelaron el sistema.