El huracán Dorian se cernía sobre las Bahamas el lunes, azotando las islas con un temible ataque de categoría 4 que destrozó techos, arrojó automóviles y forzó a los socorristas a mantenerse refugiados hasta que pasara el impacto de la tormenta.
Los vientos máximos sostenidos de Dorian se redujeron ligeramente a 250 kilómetros por hora (155 millas por hora) y su movimiento con dirección al oeste desaceleró hasta casi un punto muerto. El sistema se arrastraba por la isla de Gran Bahama a una velocidad de apenas 2 km/h (1 mph) y se pronostica que generará una marejada de entre 6 y 7 metros (18 y 23 pies).
“Necesitamos que se refugien”, pidió a la gente Kwasi Thompson, ministro de Estado para la isla de Gran Bahama. “Van a pasar otras 10-12 horas en las que vamos a ser bombardeados con esto”.
Thompson y otros funcionarios dijeron que recibieron llamadas de socorro sobre inundaciones con niveles de agua cada vez más altos, pero los rescatistas no acudieron a los sitios debido a las condiciones peligrosas.
“Están listos para acudir a esas zonas tan pronto como el clima ceda”, comentó.
En tanto, en Estados Unidos el Centro Nacional de Huracanes extendió las alertas y avisos a lo largo y ancho de las costas de Florida y Georgia. Los meteorólogos prevén que Dorian se mantenga frente a la costa, pero el meteorólogo Daniel Brown advirtió que “tan sólo una pequeña desviación” podría conducir el peligroso centro de la tormenta hacia tierra firme.
Los vientos máximos sostenidos de la tormenta habían disminuido ligeramente a 240 km/h (150 mph) para las 14:00 horas (hora del este) el lunes. Se movía a lo largo de la isla Gran Bahama a una velocidad de apenas 2 km/h (1 mph).
El domingo el huracán pegó con fuerza contra la isla de Abaco con fuertes vientos y oleaje, y provocó inundaciones mientras la gente llamaba a las estaciones de radio y enviaba mensajes desesperados en las redes sociales para encontrar a sus familiares y amigos.
“Tuvimos un daño catastrófico aquí en Abaco”, dijo Darren Henfield, miembro del Parlamento, a los reporteros. Añadió que las autoridades todavía no tenían información sobre lo que sucedió en zonas aledañas. “Estamos en un modo de búsqueda y recuperación... Sigan rezando por nosotros”.
La información comenzaba a emerger de las islas afectadas: la empresa de electricidad Bahamas Power and Light reportó que había un apagón total en Nueva Providencia, la isla más poblada del archipiélago. También señaló que la oficina de la compañía en la isla Abaco fue arrasada por la tormenta.
“Los reportes que salen de Abaco no son buenos”, dijo Quincy Parker, vocero de la empresa eléctrica, a la estación de radio ZNS Bahamas.
La mayoría de la gente acudió a refugios mientras la tormenta se acercaba. Los hoteles cerraron sus puertas y los residentes cubrieron con tablas de madera sus casas. Sin embargo, se pronosticaba que muchas personas se quedaran sin un hogar.
Los vientos sostenidos máximos de Dorian alcanzaron el domingo los 297 km/h (185 mph) con ráfagas de hasta 354 km/h (220 mph), igualando el récord del huracán atlántico más fuerte en tocar tierra del que se tenga registro.
Solo hay una tormenta atlántica más potente documentada, el huracán Allen de 1980, con vientos de hasta 305 km/h (190 mph), aunque no tocó tierra firme con esa fuerza.
Los meteorólogos esperan que Dorian empiece a alejarse de las Bahamas el martes por la mañana y virase hacia el noreste, en paralelo a la costa sureste de Estados Unidos.
Un aviso del centro de huracanes alertó que la costa este y central de Florida podría registrar un tornado pequeño en algún momento de la tarde o noche del lunes.
El gobernador de Carolina del Sur, emitió una orden el domingo para la evacuación obligatoria de toda la costa del estado. La orden, que afecta a unas 830.000 personas, entraba en vigencia el lunes a mediodía, cuando se esperaba que los patrulleros estatales desviaran la circulación de las grandes autopistas costeras para que todos los carriles llevaran tierra adentro.
“No podemos hacer feliz a todo el mundo, pero creemos que podemos a mantener a todo el mundo con vida”, dijo McMaster.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, ordenó evacuaciones obligatorias para la costa atlántica del estado, también a partir del lunes a mediodía.
En Florida se ordenaron evacuaciones en algunas zonas costeras vulnerables. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, advirtió que el estado podría recibir aguaceros, vientos e inundaciones esta semana.
Dorian tocó tierra el domingo en Cayo Elbow, en la isla de Abaco, y más tarde cerca de Marsh Harbour. Se reportaron marejadas ciclónicas de 5,5 a 7 metros (18 a 23 pies).
El archipiélago de las Bahamas está acostumbrado a los huracanes. Requiere que las viviendas tengan refuerzos metálicos para las vigas del techo para resistir vientos de un huracán de categoría 4, y el cumplimiento generalmente es estricto para aquellas personas que puedan pagarlo. Los riesgos son mayores en los vecindarios pobres, donde hay casas de madera en zonas de poca elevación.
Luego de abandonar las Bahamas, se pronostica que Dorian se dirija al norte, pasando a entre 64 y 80 kilómetros (40 y 50 millas) de distancia de Florida, con vientos de fuerza de huracán que se extiendan 56 kilómetros (35 millas) al oeste.
El centro de huracanes emitió una alerta para la costa este de Florida, desde Deerfield Beach hacia el norte hasta Altamaha Sound en Georgia. Un aviso de marejada ciclónica se amplió hacia el norte de la costa de Georgia hasta el río Savannah. El lago Okeechobee, en Florida, también estaba bajo alerta de tormenta tropical.
El tránsito durante el fin de semana en Florida fue ligero pese a las múltiples órdenes de evacuación, a diferencia del caos que se produjo en 2017 por el huracán Irma, cuando la tormenta inusualmente amplia amenazó todo el estado.