Una declaración firmada por la jefatura del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), pone límites a los debates generados por cineastas cubanos para impulsar una ley de cine y eliminar la censura y ha determinado que en esas discusiones sólo pueden participar los revolucionarios.
"El punto de vista del debate que hemos defendido ha sido, es y será inequívocamente revolucionario. No puede haber lugar en nuestros foros para los enemigos de la Revolución", asegura una declaración publicada el jueves a raíz del escándalo generado cuando activistas y periodistas independientes cubanos fueron expulsados de un debate el pasado 28 de noviembre.
Ese día un funcionario irrumpió en medio del debate y exigió a gritos que el opositor Eliécer Ávila saliera de la sala, alegando que es "un contrarrevolucionario".
El exabrupto obligó a identificarse al funcionario Ramón Samada y, sin salir del argumento revolucionario-contrarrevolucionario, continuó exigiendo la salida de Ávila.
Los intelectuales allí reunidos expresaron que no había justificación para ese acto de censura. En la sala estaban presentes también el escritor Ángel Santiesteban y la periodista Luzbeliz Escobar, del portal digital 14yMedio.
Semanas atrás, el presidente del ICAIC, Roberto Smith, había mostrado una imagen de apertura al anunciar en una conferencia de prensa que Cuba estaba en un "momento singular" para la filmografía nacional pues se estimulan las alianzas entre la producción estatal y la "independiente".
"No es una condición" cooperar con instituciones estatales para producir una película en Cuba, subrayó Smith, pero "estamos creando las condiciones para que esa sea una alternativa creativa que podamos aprovechar", señaló Smith en una rueda de prensa dedicada a promocionar el Festival de Cine Latinoamericano.
A continuación reproducimos la declaración del ICAIC:
La actual agenda de discusiones del ICAIC y la vanguardia de nuestros cineastas ha sido diseñada a partir de las preocupaciones que compartimos sobre el cine cubano la institución y los creadores, incluida la base jurídica que propicie su desarrollo. El punto de vista del debate que hemos defendido ha sido, es y será inequívocamente revolucionario. No puede haber lugar en nuestros foros para los enemigos de la Revolución. Trabajamos, junto a otros organismos e instituciones del Estado, para encontrarle solución a los problemas de la creación audiovisual, desde una perspectiva anticolonial, antiimperialista y socialista.
El pasado sábado 28 de noviembre rechazamos la presencia de varios mercenarios en el Centro Cultural Fresa y Chocolate del ICAIC, donde se realizaba un encuentro de cineastas junto a su institución. Ninguno de los organizadores los había invitado y su sola presencia constituía una provocación y un acto premeditado para utilizar ese tipo de espacio como plataforma de proselitismo y legitimación.
Ante cualquier intento de distorsionar los resultados del trabajo mancomunado entre los cineastas y el ICAIC, nos sentimos en el deber moral de ratificar nuestro compromiso con la Patria, con la cultura cubana y con la Revolución, sin la cual no hubiera sido posible la existencia del propio ICAIC y de una obra educacional y cultural de emancipación, que es orgullo de nuestro pueblo.
Fiel a los principios trazados en Palabras a los intelectuales, el ICAIC rechazará toda provocación, mantendrá la discusión franca, comprometida y responsable con la vanguardia de los creadores y seguirá siendo consecuente con la política cultural de la Revolución.
Presidencia del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
3 de diciembre de 2015