El cable de fibra óptica que une a Venezuela y Cuba está oficialmente operativo desde el pasado 10 de enero , pero para los cubanos que pensaron ver abiertas las puertas a Internet, la vida sigue igual, afirma el diario español El Confidencial.
“Sólo las élites del régimen tienen acceso a la conexión de alta velocidad. Tampoco ha habido otros movimientos: los cubanos no puedan contratar internet en su casa. De todas formas, no podrían pagarlo, al menos no al precio que pagan los extranjeros residentes en la isla”, asegura El Confidencial.
El reportaje titulado Informe de un secuestro: el extraño caso del cable de fibra óptica en Cuba, cita a la corresponsal en La Habana de RTVE, Sagrario García-Mascaraque, quien asegura que a los efectos prácticos la conexión sigue siendo lenta.
“No se ha notado absolutamente nada. Teóricamente, está operativa, pero no a efectos prácticos. Aquí no se suelen dar razones. Nosotros, en la oficina, seguimos conectándonos vía satélite, ahora mismo con una velocidad de subida de 128 kb/s y de bajada de 64 kb/s”, afirmó.
El régimen cubano ha utilizado siempre el embargo de Estados Unidos como coartada para limitar el uso de internet,y el discurso oficial reza que esta limitación de acceso les ha obligado a priorizar la conexión en localizaciones esenciales de la isla.
“La imposición norteamericana es cierta, pero con ALBA-1 operativo no quedan excusas verosímiles. La isla se conectó a internet en 1996, como parte de un paquete de medidas recogidas en la Cuban Democracy Act, ratificada por George W. Bush cuatro años antes”, destaca el diario.
Fernando García del Río, corresponsal de La Vanguardia que expulsado de Cuba en 2011 explicó al diario que "antes de instalarse el cable, el argumento fue siempre que el limitadísimo flujo de datos que les ofrecía internet por satélite les obligaba a dar prioridad a los grupos profesionales que ofrecían un servicio público, como los médicos y los científicos, que en gran parte se conectaban a través de una intranet”.
“Había un pequeño grupo de instituciones que se conectaban al internet tradicional, como al que yo tenía derecho como técnico extranjero", dijo García
El cable se terminó de instalar en 2011 y desde entonces, permaneció “inoperativo, bajo el mar, aparentemente muerto”.
“El cable se convirtió en un secreto de Estado del que apenas habían trascendido varios datos asépticos y una promesa”, dijo El Confidencial y agregó que la palabra del Gobierno cubano hablaba del abaratamiento y la universalización de la conexión a internet, con “la prioridad de construir telecentros y mejorar el acceso a la red de las escuelas, hospitales e instituciones científicas”.
"Generó ilusión, y se habló mucho del cable porque se vendió como un plan que iba a mejorar las conexiones de la isla. De momento, no se sabe muy bien, suponemos que está funcionando en los ministerios", indicó la corresponsal de RTVE.
“Sólo las élites del régimen tienen acceso a la conexión de alta velocidad. Tampoco ha habido otros movimientos: los cubanos no puedan contratar internet en su casa. De todas formas, no podrían pagarlo, al menos no al precio que pagan los extranjeros residentes en la isla”, asegura El Confidencial.
El reportaje titulado Informe de un secuestro: el extraño caso del cable de fibra óptica en Cuba, cita a la corresponsal en La Habana de RTVE, Sagrario García-Mascaraque, quien asegura que a los efectos prácticos la conexión sigue siendo lenta.
“No se ha notado absolutamente nada. Teóricamente, está operativa, pero no a efectos prácticos. Aquí no se suelen dar razones. Nosotros, en la oficina, seguimos conectándonos vía satélite, ahora mismo con una velocidad de subida de 128 kb/s y de bajada de 64 kb/s”, afirmó.
El régimen cubano ha utilizado siempre el embargo de Estados Unidos como coartada para limitar el uso de internet,y el discurso oficial reza que esta limitación de acceso les ha obligado a priorizar la conexión en localizaciones esenciales de la isla.
“La imposición norteamericana es cierta, pero con ALBA-1 operativo no quedan excusas verosímiles. La isla se conectó a internet en 1996, como parte de un paquete de medidas recogidas en la Cuban Democracy Act, ratificada por George W. Bush cuatro años antes”, destaca el diario.
Fernando García del Río, corresponsal de La Vanguardia que expulsado de Cuba en 2011 explicó al diario que "antes de instalarse el cable, el argumento fue siempre que el limitadísimo flujo de datos que les ofrecía internet por satélite les obligaba a dar prioridad a los grupos profesionales que ofrecían un servicio público, como los médicos y los científicos, que en gran parte se conectaban a través de una intranet”.
“Había un pequeño grupo de instituciones que se conectaban al internet tradicional, como al que yo tenía derecho como técnico extranjero", dijo García
El cable se terminó de instalar en 2011 y desde entonces, permaneció “inoperativo, bajo el mar, aparentemente muerto”.
“El cable se convirtió en un secreto de Estado del que apenas habían trascendido varios datos asépticos y una promesa”, dijo El Confidencial y agregó que la palabra del Gobierno cubano hablaba del abaratamiento y la universalización de la conexión a internet, con “la prioridad de construir telecentros y mejorar el acceso a la red de las escuelas, hospitales e instituciones científicas”.
"Generó ilusión, y se habló mucho del cable porque se vendió como un plan que iba a mejorar las conexiones de la isla. De momento, no se sabe muy bien, suponemos que está funcionando en los ministerios", indicó la corresponsal de RTVE.