El opositor José Díaz Silva, un reconocido activista cubano con 59 años de edad y más de 30 entregados a la lucha contra la dictadura, asegura que el deseo de ver en la isla democracia y un verdadero estado de derecho lo animan a mantenerse activo y trazar nuevos planes cada comienzo de año.
El líder del Movimiento Opositor por una Nueva República (MONR) y también delegado en Cuba del Movimiento Democracia, asegura que hay dos misiones importantes que requieren de su impulso en este año: "intensificar la celebración de peñas en los parques con el objetivo de educar a la población en temas puntuales de derechos y democracia, y apoyar la "Iniciativa 2020" en unión de los promotores de #Otro18", precisó.
El MONR realiza las peñas en los parques de La Habana con el objetivo de debatir, además de temas de derechos humanos, otros asuntos de interés para el país.
Esas peñas vienen realizándose desde hace muchos años, y con ellas han logrado atraer a los ciudadanos, "por eso es que tenemos previsto seguirlas este 2020", asegura el opositor.
El trabajo consiste en colaborar con los promotores de #Otro18 en la creación de mesas de iniciativas constitucionales en todo el país.
"En esas mesas se debaten los derechos que tenemos en la Constitución de la República de Cuba, temas de soberanía, y sobre todo la recogida de las 50,000 firmas que estipula la Constitución y que plantea que si 50,000 ciudadanos se proponen cambiar cualquier ley electoral tienen el derecho a hacerlo", explicó.
Díaz Silva dijo que recoger esa cantidad de firmas es un gran reto, y en eso está enfocado junto a Manuel Cuesta Morúa y otros activistas que simpatizan con la propuesta. Luego, aseguró, vendrán otras tareas de las que prefirió no adelantar información.
Díaz Silva procede de una familia humilde. No tuvo estudios universitarios y apenas terminó la enseñanza secundaria comenzó a trabajar en viales, arreglando carreteras para ayudar a su familia.
Relata que en 1981, junto a otros familiares, decidió componer una balsa para irse del país, pero fueron detenidos. Estuvo preso 18 meses en el Combinado del Este y asegura que allí se formó en las convicciones políticas y en la comprensión de lo que significa vivir en un país en dictadura.
Cuando salió de prisión en 1984 decidió incorporarse a las actividades opositoras pero un tiempo después, en 1994, por sus ideas contrarias al régimen, volvió a ser encarcelado.
Díaz Silva explicó que en esa segunda prisión se consolidó su interés de hacer algo por Cuba libre.
En 1997, al ser liberado, se incorporó al Movimiento 24 de Febrero.
Cuenta que estuvo con los compatriotas de esa organización hasta mayo del 2002, en que se distanció para fundar el Movimiento Opositor por una Nueva República junto a su esposa Lourdes Esquivel y un grupo de activistas capitalinos.
La persecución policial por su constante activismo en el MONR lo llevó a prisión de nuevo en 2004 bajo los cargos de “peligrosidad predelictiva” que suelen usar las autoridades cubanas contra los opositores para “sacarlos de las calles y del activismo”, explicó.
En 2007 fue liberado y desde entonces las amenazas de llevarlo nuevamente a prisión estuvieron presentes en cada interrogatorio y arresto arbitrario, precisó.
Años después, en 2009, lo acusaron de “instigación para delinquir”, y lo encarcelaron por un año. A su criterio, esa acusación forma parte de tantas que el régimen usa para llevar a los opositores a prisión.
A partir del 2010, ya estando libre, y cuando se levantaron ciertas restricciones a los cubanos para viajar al extranjero, tuvo la oportunidad de visitar países de Centroamérica, el Caribe y los Estados Unidos.
En esos viajes participó en talleres y conferencias que el opositor calificó como "espacios que le permitieron denunciar los crímenes y desmanes de la dictadura".
A partir del 2018, el gobierno comenzó de nuevo a “restringir” la salida del país a determinados opositores.
Tanto Díaz Silva como la esposa, que siempre lo ha acompañado y apoyado en sus labores opositoras, formaron parte de la lista de “regulados" que no pueden salir temporalmente de su país. A los hijos del matrimonio, radicados en los Estados Unidos, no les permiten viajar a la isla a visitarlos.
A criterio de Díaz Silva, detrás de esas prohibiciones a su familia podría estar la idea de la Seguridad del Estado de que él y la esposa salgan definitivamente del país, sin embargo, asegura que "no está en sus planes hacerlo".
Calificó de irónico el hecho de que una vez tuvo la idea de abandonar Cuba y ahora está seguro de que nunca lo hará mientras su país no sea libre.