Un joven cienfueguero, desertor del Servicio Militar cubano, se suicidó en la madrugada del martes en la prisión militar donde le mantenían en espera de juicio, tras ser devuelto a Cuba por la Guardia Costera estadounidense.
Dayro Andino León, de 18 años, salió a mediados de octubre de Cuba ilegalmente en una embarcación rústica preparada junto a un grupo de vecinos de su barrio, reportó el jueves desde Cienfuegos el periodista independiente Alejandro Tur Valladares al programa radial Cuba al Día.
La Guardia Costera estadounidense interceptó al grupo días después a 25 millas de la costa de Estados Unidos y le mantuvieron en un buque escampavía mientras recogían a otros balseros.
Andino León fue interrogado por un oficial de la Guardia Costera, como ocurre regularmente con los cubanos interceptados en alta mar y repatriado a la isla.
A su llegada a La Habana, Andino León fue trasladado junto a dos compañeros de viaje al Hospital Naval Militar. El resto de las personas devueltas fueron liberadas inmediatamente, asegura el periodista independiente.
Una vez recuperado, Andino León fue aislado en una celda en la sede de la Seguridad del Estado y en ningún momento se le permitió el contacto con su familia, explica el reportero.
Tres días después, las autoridades trasladaron a Andino León a la Unidad Militar de los Boinas Rojas en Cienfuegos.
Un compañero de celda alertó a los guardias de la prisión de los desajustes en la conducta de Andino León, pero estos hicieron oídos sordos, hasta que lo descubrieron en su celda, muerto por asfixia tras colgarse del cuello con una sábana.
Los padres culpan a los militares cubanos de desatender los signos de perturbación que mostraba su hijo, a pesar de ser advertidos, explica Tur Valladares.
Familiares y vecinos condujeron en cortejo fúnebre desde la casa hasta el cementerio, pasando frente a las oficinas del Ministerio del Interior en señal de protesta y gritaron frases acusadoras a las autoridades cubanas.
No obstante, el periodista independiente dijo que los padres muestran "un sentimiento de indefensión ante las autoridades cubanas" que impediría que emprendieran acciones legales.
Los padres planean solicitar la ayuda de las autoridades estadounidenses a través de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para investigar si hubo un mal procedimiento por parte de los oficiales de la Guardia Costera estadounidense durante el interrogatorio a su hijo, pues siendo un desertor del servicio militar, sería encarcelado de ser devuelto a la isla, como en efecto sucedió.
Además de su padre, Enrique Andino, y su madre, a Dayro Andino León le sobreviven su esposa Roxana González Galván, de 15 años, y una hija de un mes de nacida.
