El joven de 29 años Jorge Luis Boada Valdés cumple este 26 de abril un año y dos meses encarcelado sin haber sido juzgado, por escribir en lugares públicos de la capital cubana una palabra contra el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Tres veces, y en sitios diferentes, plasmó la frase "Díaz-Canel Sin***.", la consigna con la que los manifestantes del 11J expresaron su rechazo al régimen que los gobierna: en el parque ubicado en la calle 21 esquina Concepción de Lawton, en una base de taxis y en la estación de ómnibus de ese barrio habanero.
El 26 de febrero del 2022 recibió una citación para la estación policial de Aguilera en el municipio Diez de Octubre. Desde ese mismo día ha permanecido preso sin petición fiscal ni fecha de juicio.
Inicialmente, “unos oficiales de la Seguridad del Estado le dijeron que mi hijo estaba acusado de desacato y delitos contra la seguridad del Estado”, relató a Radio Televisión Martí, su padre Jorge Luis Boada Ramos.
“Otro día fui a interesarme por él y a muchos ruegos me dijeron que fuera el sábado que me lo iban a liberar y como a las 5 de la tarde de ese día se me aparecieron en la casa y me hicieron un registro. No encontraron nada de lo que venían buscando que era pintura, brochas, estopa, material inflamable”, precisó.
La policía incautó dos pomos de alcohol, la tarjeta MLC del muchacho y su teléfono.
“El confesó que había pintado los carteles e hizo la reconstrucción de los hechos”, aseguró Boada Ramos.
Entonces lo trasladaron al cuartel general de la policía política conocido como Villa Marista y cambiaron a propaganda enemiga el delito por el que acusan a Boada Valdés.
“Yo lo empecé a visitar los martes de cada semana, 15 minutos con el oficial frente a mí. Al cabo de los dos meses le puse abogado, ya habían confeccionado el expediente”, indicó.
La Fiscalía municipal de 10 de Octubre ordenó la medida cautelar de prisión provisional para el joven en la prisión Valle Grande, donde está actualmente.
“En todo este tiempo no tenemos petición fiscal, no tenemos fecha del juicio. La abogada ha solicitado el cambio de medida en varias ocasiones, y le ha sido denegado. Yo fui a la Fiscalía Provincial de La Habana para que me explicaran por qué razón a él no le dan el cambio de medida y la señora que me atendió casi no me dejó hablar”, lamentó el atribulado progenitor.
La nueva Ley de Procedimiento Penal de Cuba instrumenta el carácter excepcional de la imposición de la medida cautelar de prisión provisional, aunque se mantiene la facultad del fiscal de imponer, modificar y revocar dicha medida.
“Lo que él hizo lo puede hacer cualquiera, pintar una pared. No creo que eso sea un delito. Las guaguas de Cuba están pintadas por los estudiantes con frases de ‘yo estoy con fulana’, pues es lo mismo. Yo lo único que entiendo es que es injusto lo que se le está haciendo a mi hijo porque como otros jóvenes cubanos, alzó su voz, porque no estaba de acuerdo con lo que se está viviendo. Él tiene sueños, quiere otra vida diferente”, concluyó el padre del joven preso.
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