Estados Unidos consideró hoy que la VII Cumbre de las Américas que se celebrará el próximo abril en Panamá puede tener "credibilidad" aun con la presencia de Cuba, y aseguró no estar centrado en quién está presente en la cita, sino en los asuntos que se tratan en ella.
La portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, reaccionó así a la invitación enviada por el Gobierno de Panamá al gobernante de Cuba, Raúl Castro, pero no confirmó si Estados Unidos asistirá a la cita de mandatarios del continente, que se celebra cada tres años.
"Reconocemos la prerrogativa de Panamá, como anfitrión, de enviar invitaciones a quien quiera que elijan (...). Estamos centrados menos en quién está invitado y más en qué se debate en la Cumbre", dijo Harf en su conferencia de prensa diaria.
"La conferencia (Cumbre) puede tener credibilidad (con la presencia de Cuba)", agregó.
La portavoz recordó que, hasta ahora, Estados Unidos ha asistido a las anteriores Cumbres de las Américas porque cree "que son importantes", y confió en que la cita sirva para avanzar más en áreas como el "fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos" o la generación de oportunidades para los ciudadanos.
Preguntada por si eso significa que el presidente, Barack Obama, asistirá a la VII edición de la Cumbre, dijo que esa "es una decisión que tomará la Casa Blanca" cuando reciba la invitación, que el Gobierno de Panamá aún no ha cursado a EEUU.
Este miércoles, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, no confirmó si Obama prevé acudir a la cita, pero recordó que el mandatario "ha asistido a las dos Cumbres de las Américas anteriores", por lo que su Administración "examinará de cerca" si asiste esta vez o no.
La rotunda oposición de Estados Unidos y Canadá impidió que Cuba asistiera a la pasada edición de la Cumbre de las Américas, celebrada en 2012, dado que Colombia, el país anfitrión, decidió que debía invitarse a la isla solo si había consenso al respecto.
En esa ocasión, Estados Unidos se opuso a la presencia de Cuba con el argumento de que era incompatible con la declaración firmada en la Cumbre de las Américas de Québec (Canadá) en 2001, que hace referencia a los "líderes elegidos democráticamente" en el continente.
En octubre pasado, el subsecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, John Feeley, adelantó en Panamá que su país está más interesado en el contenido de la agenda de la próxima Cumbre de las Américas que en la posibilidad de que Cuba participe.
Feeley explicó que la "incomodidad" de Estados Unidos por la posible presencia de Cuba no tiene que ver con el hecho de que sea invitado, sino por la falta en ese país de democracia, derechos civiles, libertad de prensa, derechos humanos y detenciones arbitrarias, algo que ha sido criticado por "múltiples" administraciones estadounidenses.
No obstante, el malestar por la presencia de Cuba en la Cumbre ya ha comenzado a manifestarse en el Congreso, y el senador demócrata de origen cubano Bob Menéndez escribió esta semana una carta al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, en la que le instaba a no cumplir con su intención de invitar a Castro.
"La participación de Cuba minaría el espíritu y la autoridad de la Cumbre de las Américas (...). Cuba no cumple siquiera el más mínimo estándar de Gobierno democrático requerido para su participación en la Cumbre", escribió Menéndez.