El rapero y preso político Maykel Castillo, conocido como “El Osorbo”, se comunicó vía telefónica el jueves desde la prisión 5 y Medio, en Pinar del Río, con Rosmeri Hernández, la madre de su hija.
Hernández dijo a Radio Martí que el artista se encuentra aún un poco adolorido, debido a la inflamación que presenta en los ganglios.
“Tiene un poco de dolor, un poco de mareos por los ganglios y le da un poco de dolor de cabeza, a veces. Lo único que le están dando en la prisión es Duralgina para los dolores de cabeza porque ya él no quiere atenderse allí”, informó Hernández.
La expareja del rapero ganador del Grammy Latino por su participación en "Patria y Vida" explicó a Radio Martí que recientemente le practicaron en prisión un examen que se supone sea una biopsia, que será repetido, según los médicos, de seis meses a un año.
“Le metieron una aguja ahí, en los ganglios, para sacarle el líquido y examinarlo y, la próxima vez que le vuelvan a hacer el estudio, será de seis meses a un año”.
El Osorbo se encuentra en recluido desde mayo de 2021, desde entonces, permanece en prisión provisional sin petición fiscal y sin fecha de juicio.
El artista y activista pudo conversar el jueves con su hija Jade, de seis años. Según Rosmeri, fue un momento emotivo “para él y para ella también, porque ella lo extraña muchísimo”.
También encarcelado desde el 11 de julio sin ser llevado a juicio, se encuentra otro artista cubano, Luis Manuel Otero Alcántara, en la prisión de Guanajay, en Artemisa.
Este viernes, Radio Martí se comunicó con Laura Otero Alcántara, hermana del artista, quien afirmó que desde la última comunicación a inicios de febrero, no se ha tenido más información acerca del líder del Movimiento San Isidro.
“Comunicación con él no hemos tenido hasta ahora, hablamos por teléfono con él ese día y desde entonces no hemos tenido más comunicación”, dijo la joven residente en El Cerro.
Otero Alcántara inició una huelga de hambre el 18 de enero de 2022, la segunda que lleva a cabo desde que se encuentra preso.
El 3 de febrero se comunicó con su familia para decirles que estaba vivo, pero que mantenía su posición de rechazar comida, visitas o llamadas telefónicas, exigiendo su libertad inmediata.