Para la mayoría de los cubanos, la búsqueda de oro es conocida por las películas de vaqueros ambientadas en el Lejano Oeste norteamericano que describen la fiebre por este metal que espoleó a miles de hombres a probar fortuna hace siglos.
Pero el lavado de oro, la técnica de extracción del codiciado mineral a orillas de los ríos y arroyos, resurge de vez en cuando en algún remoto lugar de la Isla adonde decenas de exploradores y compradores acuden a probar suerte.
Colindantes con la provincia Guantánamo, están asentados los poblados de Cupey, Cañete y Yamanigüey, contiguos a la montaña y circunvalados por el río Yamanigüey, en el que confluyen numerosos arroyos.
Y es en ese territorio, el último de la geografía holguinera, donde se ha desatado desde hace poco más de dos meses una nueva fiebre del oro, a pesar de la extrema vigilancia de la policía y otros cuerpos represivos como los llamados “boinas negras” y “boinas rojas”, indicó a Martí Noticias el periodista independiente Evert Oscar, desde Moa.
Oscar advirtió que los habitantes de la zona están amedrentados y están muy cautos al proporcionar información debido al despliegue policial en el lugar que incluye perros y armas AKM.
Mauricio Hernández, natural de Yamanigüey, enfatizó que no está involucrado en la búsqueda de oro pero que los depósitos los encontró un particular hace más de un mes entre su pueblo y Cañete.
“Esos arroyos están llenos de oro, pero en cuanto el Estado se entera, pone policías y custodios. Entonces el que va tiene que hacerlo escondido”.
“Son ‘minas’ que están ahí, de la naturaleza, pero las descubres y sabes que, enseguida la policía te va a hacer un cerco”, precisó Hernández.
La Ley 76 de Minas, en su artículo cuatro, establece que “al Estado le corresponde el dominio inalienable e imprescriptible del subsuelo, las minas y todos los recursos minerales, dondequiera que estos se encuentren, dentro de las regulaciones constitucionales”.
Yanelis Padilla, una vecina de Cañete, confirmó a nuestra redacción que desde varias semanas atrás, un grupo de personas se dedicaban a buscar pepitas de oro en el río y los arroyos que bajaban de la montaña: “es que aparecen algunas piedrecitas, pero no es una mina”.
“Entre esos tres pueblos buscan en varios lugares, siempre próximos al río. Uno encuentra un poquito, y así, pero no es fácil encontrar el oro. Tienen que estar mucho tiempo cavando, haciendo hoyos, lavando tierra”, explicó.
Agregó que su hija, se enroló en la aventura, pero poco tiempo después regresó a la casa sin encontrar ni una pepita. Lo poco que aparecía no daba nada”, afirmó la mujer.
Un buscador de oro que no se identificó narró en Facebook que, a principios de enero, algunas personas encontraron oro “en una montaña al lado de la carretera”. Como la pólvora se esparció el rumor y miles de personas fueron al poblado de Cupey tras el preciado metal.
“Cuando yo entré ya había personas de toda Cuba, los orientales eran los principales, pero ahí todos éramos una familia, nunca hubo accidentes, tampoco robos entre nosotros, en fin, solo éramos trabajadores buscando una mejor vida”.
“Cada persona que estaba en el lugar conseguía entre medio gramo y un gramo de oro”.
La faena se hacía con picos y palas e instrumentos caseros pero el 22 de febrero llegó a la mina el delegado del MININT (Ministerio del Interior) de Moa, con varios oficiales y un “boina negra”, lo que provocó la estampida de los buscadores.
Luego de convencerlos que podían “trabajar sin susto”, las autoridades del MININT le pidieron a uno de ellos que mostrara su oro, lo que el aludido hizo sin reserva.
“Lo que no sabíamos es que tenían gente grabando, de la Seguridad, chivatos y otros más que nos daban información que tenía como objetivo dispersarnos”.
Según el relato, para el 26 de febrero solo quedaban cerca de 50 personas, pero fueron atacados por militares armados: “tiraron tiros a personas que solo cargaban sacos de tierra y andaban con picos y palas, también a vendedores de comida que nos llevaban suministros para subsistir, esa gente, los que deberían ser nuestros protectores solo nos están haciendo daño, el país está malo, pero no es nuestra culpa, nosotros los que estábamos con picos y palas fuimos atacados con pistolas, incluso le apuntaron a niños”.
Al respecto, Padilla señaló que “la policía tuvo que intervenir, no porque sea una mina o haya bastante oro sino porque están desbaratando todo, la gente comenzó a abrir huecos, a excavar donde quiera y rompieron calles. También tumbaron matas para hacer casas de campaña”.
“Ya se quedaron ahí. Hicieron puntos de inspección y estás controlándolo todo”, aseguró Padilla.
Una de las afectaciones de la extracción ilegal de oro son los daños medioambientales que provoca, entre los que se encuentran el desnivelado de suelos, hoyos y deforestación, entre otros.
El lavado de oro sigue vivo en muchos países y hasta se celebran competiciones internacionales, pero en Cuba, el descubrimiento y obtención del metal aurífero es una actividad prohibida que puede ser penada con hasta dos años de privación de libertad.
Este miércoles, las autoridades cubanas detuvieron a ocho personas en el municipio de Jobabo, de la provincia Las Tunas, durante un operativo contra la minería ilegal de oro.
El Ministerio del Interior comunicó en una nota de prensa que a los detenidos se les incautaron equipos y herramientas empleadas en la extracción de oro en una mina en la zona.
En 2024, el Tribunal Provincial de Camagüey aplicó medidas penales a unas 30 personas, acusadas de minería furtiva y extracción ilegal de oro. Algunas de ellas recibieron sanciones de hasta dos años de cárcel, publicó la web oficial Cubadebate.
En 2023, 60 personas fueron juzgadas en Ciego de Ávila por delitos relacionados con la extracción ilegal de oro.
El 2018 cobró las vidas de dos personas y dejó tres heridos graves en Holguín debido a la extracción ilegal de oro en Cuba.
Según especialistas, Cuba tiene yacimientos importantes de oro en la Sierra Maestra, en la Loma de Jacinto, a unos 30 kilómetros del pueblo de Guáimaro y en Aguas Claras, Holguín, entre otros lugares.
El Gobierno cubano ha otorgado concesiones para la minería a empresas extranjeras como la australiana Antilles Gold en alianza con la estatal GeoMinera S.A.
El acuerdo de la empresa mixta requiere que “cualquier proyecto que se desarrolle deposite todos los préstamos y los ingresos de las ventas en una cuenta bancaria extranjera controlada conjuntamente”.
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