Conozco a Jeb Bush hace más de 30 años. Eso es antes de que hiciera fortuna, que entrara en la política y que fuera gobernador de la Florida.
Lo consideré amigo por muchos años. Después como no lo veo eso ha ido desapareciendo y en su lugar ha crecido mi admiración por un político republicano que se atreve a decir que es importante permitirle a los inmigrantes tener un paso hacia la ciudadanía americana. Además fue buen gobernador.
Por eso es que me dolió tanto su, como diríamos en buen cubano, "su metedura de pata” al explicar su política sobre la guerra de Irak. El dice que lo agarraron desprevenido y que se había equivocado con la pregunta que le hacían.
El caso es que hoy se sabe que en la guerra contra Irak Estados Unidos nunca encontró las armas de destrucción masiva que motivaron al hermano mayor de Jeb, al entonces Presidente George W. Bush, ir y derrocar a Saddam Hussein.
En primera instancia, Jeb dijo que aún sabiendo lo que se sabe hoy, el hubiera invadido Irak, tal como lo había hecho su hermano el presidente. Después explicó otras cosas que yo creo validan un poco su respuesta, pero ningún otro analista lo entendió así.
Bush tuvo que explicar una, dos y tres veces su respuesta. La iba cambiando y la prensa lo perseguía. Como buenos tiburones ellos olían sangre en el agua y atacaron sin piedad a Bush.
No hay manera de defender lo ocurrido. Bush ha tenido posiblemente su peor semana en la política. Y es que lleva demasiado tiempo fuera de la profesión, y la política se parece un poco a montar bicicleta.
Es cierto que una vez que uno aprende a montar bicicleta siempre sabe hacerlo. Pero también es cierto que cuando uno deja de hacerlo por algunos años, al montarse de nuevo la bicicleta da sus tumbos
Y Bush ha dado los suyos en la política. Hace años que abandonó la política como candidato.
Aún así, el error de Bush, por grande que es, no la va a dañar mucho en unas elecciones contra la ex primera dama, ex senadora, y ex Secretaria de Estado Hillary Clinton. (Eso es si Bush llega a ser el candidato por el Partido Republicano y Clinton por el Partido Demócrata).
Y no le haría mucho daño por dos razones:
Primero porque todavía faltan más de 17 meses para la elecciones del 2016.
Y segundo porque en el 2008, cuando Clinton aspiraba a la nominación presidencial por el Partido Demócrata contra Obama, el actual presidente le sacó en cara que cuando ella era senadora había votado para financiar la guerra en Irak.
Todo esto es muy divertido para los analistas políticos y para aquellos que como yo añoramos los años de elecciones presidenciales. Vivimos para eso; para ver a este gran país elegir a su próximo presidente.
Falta mucho para las elecciones de noviembre del año entrante. Todavía hay que ver si Bush logra vencer a los mucho más conservadores rivales en el Partido Republicano. Esto no va a ser fácil.
Y también falta ver si Clinton por fin logra ser la candidata demócrata. Ella tiene un camino más fácil.
Pero en la política cualquiera tambalea y cae. Así que hay que ver qué sucede.
Seguiremos informando.
Guillermo I. Martínez reside en el sur de la Florida. Su e-mail es: \Guimar123@gmail.com.