El año 2016 concluye con la mayor cifra de emigrantes ilegales que han salido de Cuba en busca de la frontera de Estados Unidos en los últimos 22 años.
Si en 1994, la llamada “Crisis de los Balseros” produjo un éxodo marítimo que arrojó al Estrecho de la Florida, a 24,000 cubanos (sin contar los que murieron en el intento) este año la cifra es tres veces mayor.
La estadísticas más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP por sus siglas en inglés) mostraban que entre el 1 de octubre de 2015, cuando comenzó el presente año fiscal, hasta el pasado 11 de julio, 44.353 cubanos llegaron a EE.UU. Hay que agregar a esas cifras los que llegaron desde esa fecha hasta el 30 de septiembre, cuando concluyó el período 2015-2016.
A los que llegaron a EE.UU debemos sumar también los balseros interceptados en el mar por el Servicio de Guardacostas y que fueron repatriados a Cuba. En todo el año fiscal 2016, sumaron 7 411; y desde el 1 de octubre a la fecha, las cifras oficiales son de 1,057 cubanos.
La Guardia Costera informó el día 21 que sólo en el mes de diciembre, hasta esa fecha, un total de 541 cubanos han intentado emigrar a Estados Unidos por mar.
La emigración ilegal cubana llega a EE.UU por diversas puntos. La frontera de México, la de Canadá por Búffalo y Seattle, las costas del Sureste de la Florida y también la de Puerto Rico.
A medida que la crisis migratoria se expandió por Centroamérica, los países de la región, cerraron sus fronteras al tránsito ilegal de cubanos en 2016. Las habituales salidas tomando a Ecuador o Guyana como punto de partida en la ruta Centroamericana está prácticamente anulada. La travesía marítima por el sur, con escala en las Islas Cayman o directamente hasta Honduras, es siempre la opción más peligrosa.
No obstante los que buscan salir de Cuba ensayan cada día nuevas rutas, y Puerto Rico parece ser, por ahora, la opción que está en la mira de los que quieren dejar atrás la sociedad comunista cubana.
La ruta haitiana de los emigrantes cubanos está recién estrenada, aunque desde hace años el peligroso cruce de República Dominicana a Isla Mona, Puerto Rico, ha sido ocasionalmente utilizada por los cubanos.
Johnny Morales, director de Operaciones de Operaciones Aero-marítimas de CBP en el Caribe informa a través de un comunicado de prensa, que en el año fiscal 2016 la Patrulla Fronteriza ha detenido 319 migrantes cubanos en las playas de Isla de Morna.
Según Morales las autoridades se han percatado de que los cubanos han empezado a superar en número a los dominicanos y haitianos que procuran llegar por mar a Puerto Rico provenientes de República Dominicana, a unos 100 kilómetros al oeste de la isla.
Durante sendos viajes realizados a Puerto Rico y República Dominicana, tuve la oportunidad de conversas con algunos de los cubanos llevados desde Isla de Mona al Puesto de Aguadilla en Puerto Rico, y también con cubanos residentes en Dominicana, sobre el tema.
En esencia todo comienza en La Habana, donde los cubanos obtienen visado para viajar como turistas a Haití. Una vez en territorio haitiano, los cubanos se sirven de traficantes que los ingresan a territorio dominicano, aunque algunos se arriesgan por su cuenta a través de la peligrosa frontera.
Del lado haitiano la ruta comienza desde el extremo norte de la frontera frontera dominico-haitiana. Dajabón, es el principal cruce fronterizo entre ambos países en ese punto de la Carretera Internacional, un eufemismo para un polvoriento camino que atraviesa, Dajabón, Jimani, Pedernales y aldeas cargadas de miseria El objetivo casi siempre es Pedro Santana, más al sur, donde un puente sirve de frontera sobre el caudaloso río Artibonico.
Los mejores días, para cruzar hacia Dominicana, aseguran los entendidos son aquellos en que funciona el mercado binacional, sobre todo el de Tiroli.
En Dominicana, los cubanos viven como ilegales mientras contactan a las mafias traficantes que los embarcan en las tradicionales yolas hasta Isla de Mona. El “crucero” no es nada confortable y mucho menos seguro. También es costoso: Entre ocho y diez mil dólares.
Hay un dato importante que describo como un alerta. Me lo comentó Enrique, en una playa dominicana, mientras narraba la experiencia de un amigo que salvó la vida de milagro. Ellos contactaron a los traficantes “equivocados”. Cuando llegaron al punto de salida, los desvalijaron, los dejaron a la deriva en una yola sin motor…milagrosamente salvaron la vida, aunque una mujer que iba en el grupo corrió peor suerte: la violaron repetidamente.
La ruta haitiana hacia Estados Unidos puede ser una via posible, pero como tantas otros caminos ilegales, no la aconsejo.