Las autoridades del penal Combinado de Guantánamo confinaron al preso político Yordis García Fournier a una celda de castigo, desde el 22 de marzo.
Esta sería la cuarta medida “disciplinaria” que los mandos de la prisión imponen al activista. Antes ya le habían suspendido las llamadas telefónicas en dos ocasiones y otras tantas, la visita familiar.
El prisionero político ha sido sometido a cuatro “análisis disciplinarios”, uno de ellos por gritar “Patria y Vida” a la salida del juicio de apelación de su sentencia.
“El primer y el segundo jefe de la prisión se personaron en el destacamento de Yordi en la tarde del propio día 22 y se lo llevaron para la celda de castigo No. 35. El primer jefe alegó que había sido llevado allí porque el día anterior, el 21, le hicieron dos requisas, una en la mañana y otra en la tarde, donde le fueron ocupados escritos de denuncia de violaciones de derechos humanos cometidas en la cárcel”, explicó su hermano Niober García Fournier.
Según otros presos, el oficial del establecimiento penitenciario aseguró que lo iba a dejar en esa celda, el tiempo que él entendiera porque ya Yordis había reincidido varias veces en su mal comportamiento.
Las Reglas Mínimas de la ONU para el tratamiento de los reclusos, conocidas como Reglas Mandela, prohíben el aislamiento indefinido y prolongado de los reos.
El preso político ya había sido advertido que sería castigado si continuaba con sus críticas a las condiciones en que vive la población penitenciaria y los malos tratos que recibe.
García Fournier, uno de los manifestantes de las protestas del 11 de julio en la capital guantanamera, fue condenado a tres años y dos meses de privación de libertad por los delitos de desórdenes públicos y desacato.