El pasado domingo 12 de Julio culminó el primer encuentro de escritores cubanos con obras hechas y publicada en el exilio. En el evento de dos días se dieron cita en Miami decenas de autores cubanos venidos de los cuatro confines del mundo, exponiendo sus obras y participando de conferencias, debates y paneles sobre los temas de interés colectivo.
Se ha repetido con demasiada frecuencia que el escritor cubano necesita “estar en la isla” para poder recibir el impulso vital para su obra, como si el haber nacido en aquella hermosa isla no marcara para siempre a todos sus hijos. La falsedad de semejante propuesta queda al descubierto al constatar como una buena parte de lo mejor de la literatura cubana fue escrito en el exilio, como las obras de José Martí, José Maria Heredia y el padre Félix Varela, por solo citar los nombres mas consagrados.
No hay que decir que dentro de la isla también se han escrito obras antológicas, ya que la constatación del aporte del exilio a la literatura cubana de manera ninguna significa que en la isla las cosas sean diferentes. Sin embargo, lo anteriormente dicho sirve para echar por tierra la descalificación que la dictadura cubana siempre ha querido hacer del exilio cubano --y dentro del ello-- de sus poetas, escritores y literatos.
En los momentos actuales, cuando EUA ensaya un acercamiento a la Cuba oprimida, se hace indispensable un recuento de este tipo, sobre todo porque hay voces dentro de la isla --sobre todo voces oficialistas-- clamando por la exclusión del exilio cubano de la solución de los problemas políticos y sociales de la isla. El exilio cubano tiene que tener la participación que los tiempos
demandan, porque de la misma manera que la dictadura quiere usar el capital del exilio, también tiene que aceptar sus opiniones.
Al finalizar el encuentro referido se planteó la necesidad de perpetuar semejante evento de forma periódica, tratando de incorporarlo a la secuencia de eventos relacionados con la literatura, el ensayo y la poesía que la pujanza de la Ciudad de Miami demuestra actualmente en su agitada vida cultural. En algun momento las obras expuestas entrarán en la isla con la fuerza que significa el origen de los escritores y encontrarán finalmente el público al que han estado dirigidas, nacidas muchas de ellas del dolor del destierro.