Los diálogos en Venezuela -y ahora en Nicaragua- solo han servido para dar oxígeno a los dictadores Nicolás Maduro y Daniel Ortega.
Venezuela
Los mediadores en la crisis de Venezuela, el Papa Francisco y el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, sólo han servido para detener las protestas y con ello proporcionar un espacio para que el gobierno de Maduro reagrupe sus fuerzas opresoras y descargue su furia para proseguir diezmando al pueblo venezolano.
El Papa
El pontífice ha demostrado en numerosas ocasiones que está fuertemente inclinado hacia la izquierda. Por lo tanto, su mediación en la crisis de Venezuela no ha cumplido con el estandar de imparcialidad.
No ha ocultado su amistad con los tiranos Fidel y Raúl Castro, mostrada en fotos que han circulado en el mundo.
Sin embargo, lo que hizo que por toda Venezuela recorriera un escalofrío de repulsión fue su bendición a Nicolás Maduro, en una visita de éste al Vaticano en octubre de 2016, lo que hizo persignarse varias veces a los venezolanos en plena represión, con muertos y heridos.
El papa constantemente hace llamados "al gobierno y a todos los miembros de la sociedad venezolana" para evitar la violencia y dar prioridad al diálogo para solucionar la crisis política del país.
Pero, el pontífice no pierde ocasión para criticar a la oposición expresando que ésta está dividida lo cual ha molestado a los que se oponen a Maduro y su gobierno.
José Luis Rodríguez Zapatero
Zapatero sólo ha servido a los intereses de Miraflores. En ningún momento de su intervención en el diálogo, se ha inclinado por la oposición o por el pueblo, que sufre un genocinio paulatino bajo la tiranía el régimen de Nicolás Maduro.
Hasta la socialista Federica Mogherini dejó claro que el expresidente no era mensajero de Europa.
En una entrevista con el diario La Nación de Buenos Aires Zapatero expresó: “Delcy Rodríguez (…) y Jorge Rodríguez (…) son los que han estado con el diálogo y son, sin duda alguna, personas absolutamente favorables al diálogo, a la paz”.
Con respecto a las sanciones de la Unión Europea a jerarcas del chavismo, dijo: “Estoy convencido de que la UE desconoce, yo no sé qué información puedan tener”.
El columnista, Hermann Tertsch, dedicó un artículo en el diario ABC a Zapatero —o a “la vergüenza de España”, como él lo llama—. “Aunque nunca compense el mal causado, sepan los venezolanos que millones de españoles nos unimos hoy a la trinchera de la dignidad y la verdad de Venezuela frente a las mentiras interesadas de la lamentable figura de Zapatero, esa vergüenza de España”, expresó el periodista.
El Papa y Zapatero llevarán en su conciencias el haber fallado, por haberse inclinado hacia el lado incorrecto en el drama venezolano.